Del humo a la nada, de la nada al vapor


En febrero cumpliré dos años sin fumar. Han sido casi dos años en la nada. Aunque en el tiempo de la nada, he experimentado algunas cosas curiosas, como soñar con fumar o la asombrosa lentitud del tiempo en los primeros días de abstinencia. También he sufrido el aumento de peso. Como adulto siempre he estado en unos setenta kilos. Bien. Pues al dejarlo, pasé a más de noventa. Para sobrellevar la ausencia de humo comía cada dos por tres, y en las comidas principales, el doble de cantidad. El resultado: agrandamiento de estómago. Ahora vuelvo a estar en mis setetenta y algo kilos y ya sin dieta. Ahora comiendo la mitad -y sin picar entre horas- ya me siento saciado, mi estómago ha vuelto a la normalidad. Al principio cuesta bastante acostumbrar al cuerpo a una dosis normal de comida, y hay que acompañarlo de ejercicio, pero merece la pena. Ahora ya no camino, me deslizo por la vida.
Pero de nuevo de mi boca y mi nariz vuelven a salir nubes. Esta vez no son nubes de humo, sino nubes de sabores que se disuelven al instante. No dejan olor. No uso cenicero ni mechero. No soy un salvaje ni me estoy quedando contigo, simplemente -seguramente ya lo habrás adivinado- vapeo. Conviene hacer saber al lector, radioyente o televidente ingenuo que hay informaciones erróneas, manipuladas, en contra del cigarrillo electrónico. A los que fumáis os cobran un ochenta por ciento de impuestos, aspiráis innumerables sustancias tóxicas, y encima sois tratados casi como delincuentes. El vapeo es un vicio limpio -vicio entre comillas, porque la nicotina que aspiras la puedes aumentar o disminuir a tu gusto (incluso hacerla desaparecer del todo)- lo que ensucia al fumar es el alquitrán. No recomiendo a nadie que empiece a vapear, pero es mucho menos nocivo que fumar. La costumbre de fumar es tan fuerte que llevaba un tiempo jugando con la idea de volver. Un disparate, después de lo que me costó dejarlo (más luego bajar de peso), pero lo cierto es que lo echaba de menos. Empezar a vapear, en mi caso, me ha salvado de un mal mayor. Y no, vapear no es igual que fumar. Fumar deja un regusto asqueroso pero a pesar de ello, el chute que te pega y la necesidad de repetirlo son tales, que no te importa. Si existen las drogas duras y blandas, el tabaco es sin duda una droga dura. El cigarrillo electrónico no es ni la mitad de adictivo. No provoca chute ninguno. No provoca la liberación de dopamina en el cerebro de igual modo que lo hace el cigarrillo. Es un hábito más sibarita, más refinado, más suave, menos bárbaro. Su sabor es agradable de verdad y puedes incluso hacer tus propias mezclas. De momento, si no nos joden el invento a golpe de impuestos o leyes raras, el vapeo tiene conmigo a un moderado valedor. La diferencia entre fumar y vapear es como la diferencia que hay entre beber un vaso de wisky a palo seco, y tomar media copa de vino con las comidas.

Sueño de vida


Sueño de vida

sueño, soñé, sueño

soñé con vida.

Un amanecer

una esperanza,

lluvia fresca.

Domingos de paseo

nieve en Andalucía

y sol en Galicia.

No más crueldad

sólo vida, respeto

sinfonías, caminos

naturaleza, cielos

museos, inventos

bibliotecas, librerías

trabajo para todos,

tiendas que cerraron

volviendo a abrir...

Y en la espesura

todos los niños

siendo salvados

de caer por un barranco

por un anónimo

agazapado y sentimental.

Sueño de vida,

soñé, sueño, soñé

soñé con vida.

En la ciudad


Había un ciervo enredado

en una valla metálica

y tú llorando a lo lejos.

Una mujer delgada,

violenta y orgullosa me golpeó

 sin querer con su bolso.

En el callejón unos niños

persiguen e intentan

capturar a un gato.

Una adolescente

se avergüenza

de cualquier cosa.

Un loco mira al suelo

e intenta descifrar

sabe Dios qué.

 Una puta

 recrimina algo

a un viejo cansado.

 Una pobre mujer

rebusca

en un cubo de basura.

 Coches, camiones y autobuses

 no paran en ningún momento

de ensuciar el aire.

Había un ciervo enredado

en una valla metálica

y tú llorando a lo lejos.

La búsqueda del amor


A menudo se ha confundido con el sexo, con el interés y con lo institucional. Se ha mezclado demasiado con reglas fijas e incongruencias. Pero también ha servido de inspiración para muchas obras. El artista está obligado, más que ningún otro -salvo quizá algún místico- a buscar y sentir el amor en su faceta más inspiradora, para luego darle forma. Pero nunca podrá retratarlo exactamente porque, al igual que sucede con Dios, es imposible de cristalizar. Acaso sean practicamente la misma cosa, acaso el amor forme parte de la esencia del mismísimo Dios, y los humanos tengamos que contentarnos con aproximaciones, con otear horizontes y husmear alrededor. Por más que, por ejemplo, ciertos aspectos del amor de pareja sean de lo más mundanos, el amor en la amplitud de su palabra, en su sentimiento y esencia más pura, es tan valioso e inefable que el dinero no lo puede comprar. No es de este mundo. Y a pesar del fuerte anhelo cuando no lo tienes, su búsqueda, por la aproximación mística y por la consecución terrenal que conlleva, hace mejor esta vida.

¡Por fin!

 
Hoy quiero rescatar una entrada de las que más me gustó escribir en su momento. Mi intención era -y es- recalcar un paso positivo. En estos tiempos de crisis brutal hace falta mantener, desde el realismo más crudo, la moral alta. Recordemos ese no tan lejano día... 


 20-10-2011

(Festejando este paso hacia la cordura)

Tras cincuenta años de injusticia y asfixia, hoy, el medio camina paralelo al fin, la cordura se impone a la locura, y la razón y la mayoría vencen al fanatismo minoritario:

ETA ANUNCIA EL CESE DE LA LUCHA ARMADA.

Una mención muy especial a las ochocientas veintinueve víctimas directas y a todas las colaterales.

¿Será definitivo? No quiero pensar demasiado en ello porque la verdad es que no puedo estar seguro al cien por cien. Pero al menos, ahora, lo parece.
No se puede cambiar el pasado pero podemos, debemos, mirar al futuro cercano con una media sonrisa. Desde hoy España es más libre, más justa, más respetable, mejor, aunque aún quedan otras lacras...

Gotas en el mar


Somos como gotas

cayendo en el mar

imperfectos, fugaces

practicamente nada,

pero en algunos momentos

esas gotas

pueden reflejar al sol.

Nuestro Dios es el mismo Dios


Nuestro Dios es el mismo Dios

disfrazado, trajeado, encorbatado

con distintas letras.

Nuestro Dios es el mismo Dios

con distintas músicas

pero la misma emoción.

Nuestro Dios es el mismo Dios

pretendiendo ser Santo

desde el principio de la misma luz.

Nuestro Dios es el mismo Dios

pintado, dibujado, enarbolado

con un lenguaje distinto.

Nuestro Dios es el mismo Dios

con distinta melodía

pero la misma intensidad.

Nuestro Dios es el mismo Dios

queriendo  serlo todo

con el mismo fin y el mismo amor.

Altruismo frente a egoismo

¿La historia podría haber sido otra muy distinta? ¿Se podrían haber ahorrado sufrimiento humano y recursos materiales? El pasado ya no tiene remedio, pero el futuro puede -y este es un "puede" muy optimista- que sí lo tenga. No sería fácil. Pero me niego a creer que, de algún modo, no sea posible. Especialmente, causa sangrante estupor que engañen con un falso altruismo a los segmentos más idealistas de la sociedad, y que al final siempre acaben sufriendo las consecuencias los más débiles.
A veces la gente cree ver virtud en donde sólo existe mediocridad. Es una vieja historia de la humanidad: El pobre diablo engañando a casi todos, porque casi todos no son así y no pueden creer que exista tanta ruindad. La historia, a grandes rasgos, merece ser llamada de cualquier modo menos Historia de la Humanidad. Barbarie e inhumanidad se encuentran demasiado a menudo y en demasiada cantidad. La mayoría lo aceptan sin problemas, se conforman, porque como ya nacimos en esta sociedad y con esta historia, parece que es la norma. Otros, bastantes, lo ignorarán en toda su dimensión, y otros, supongo, preferirán no pensar en ello. Somos increiblemente poco idealistas. No quiero incluir en esta ignominia al arte (donde incluyo muchas cosas: pintura, escultura, música, literatura, arquitectura, etc. y excluyo mamarrachadas) y, aunque no del mismo modo, a la ciencia (en donde también incluyo muchas ramas: astronomía, física, medicina, mecánica, etc.).
¿Progreso? Sí, pero no justamente repartido. Los ricos son más ricos y los pobres más pobres. A la mayoría nos han hecho retroceder. Es un bucle que se vuelve a repetir... ¡A nivel practicamente mundial! Si es consecuencia de la inoperancia del sistema, o del egoismo que impregna al capitalismo, eso, al menos yo, no lo sé...

Corazón


Ignorado, olvidado

perdóname,

te tuve enterrado.

No pude contigo

renaciste,

ya estás aquí, mi amigo.

Estás hecho de ilusión

aire,

regalo, lágrima y rendición.

Ahora, sin dudar

aguanta,

aprende también a pensar.

Ya conseguiremos algún día

quizá,

dejar de sufrir y olvidar.

Querido ente metafísico...


Querido ente metafísico:

Bien podrías ser "yo" con algunos años menos. Ahora podría, al ser tu "yo del futuro", estar escribiéndote a ti, solo a ti, desde mi presente. Pero eso sería caer en un exclusivismo injustificado... Ojalá estas reflexiones valgan, aunque sea un poquito, para todo aquel que posea la humildad, paciencia y sabiduría suficientes como para aceptar consejos e intentar llevarlos a la práctica.

¿Quién no ha sido alguna vez, en algún u otro aspecto, un joven prometedor? Si estás en ese momento, si te encuentras en ese preciso y precioso instante, te escribo estas lineas porque te aprecio y tengo la absurda pretensión de ayudarte. Ya me hubiera gustado a mí haber sabido las cosas que voy a decirte, pero... Es posible que ni siquiera las hubiese escuchado. La experiencia a menudo es así, como un número de lotería premiado cuando el boleto ya está caducado. Por eso, lo que aquí y ahora te ofrezco, no tiene precio. Si me haces caso te evitarás tropiezos y sufrimiento.

Estas reflexiones son producto de mi propia experiencia o de la observación directa. Asimílalas en profundidad y practícalas, si tienes ocasión, todos los días:

-La vida tiene etapas, tendrás rachas buenas en las que todo irá sobre ruedas y alguna racha peor. El cambio es la única constante. No se puede permanecer indefinidamente en la buena suerte. Esto la hace más valiosa, apréciala cuando la tengas, pero no te aferres a ella.

-A veces hay que combatir en diversos frentes a la vez. Nunca te precipites. No te agobies ni te canses innecesariamente. No mezcles unas parcelas con otras y ten en cuenta que las reglas, en según que casos, están para romperlas.

-Recuerda que los fallos se ven más que los aciertos. Tenlo en cuenta y repasa todo lo importante que hagas.

-La vida es una carrera de fondo, en donde al final consigue más el que más resiste. Si consigues un éxito, no te duermas en los laureles. Si fracasas, no importa, aprende del error y continua perseverando.

-Que nunca te afecten ni te cambien el éxito o el fracaso. La adulación o el insulto...

-Recuerda que nadie es imprescindible. Otro ocupará tu lugar, y no pasa nada. Sucede con las novias, con las casas, con los trabajos, los amigos...

-No trates de hacerlo todo tú solo, pide consejo a los expertos y escucha atentamente a quién posee mayor experiencia. Dicen que la juventud es un divino tesoro, pero los mayores también tienen otro valioso tesoro: la experiencia.

-No rijas tus actos por lo que vaya a decir "la gente". Ellos no están en tu pellejo. Haz caso a tu intuición y se fiel a ti mismo.

-Se amable siempre, salvo casos muy extremos.

-Mantén el sentido del humor, es el mejor suavizante contra las asperezas de la vida, también el amor ayuda, y mucho, pero este ya no depende solo de ti, el humor sí. 

(Hasta aquí por hoy. Claro que me dejo muchos más buenos consejos en el tintero, porque la vida siempre es mucho más de lo que percibimos en el momento. Otro día quizá escriba más. O quizá no...).

Buena suerte, y recuerda que hay algo más importante que la meta: El camino hacia ella. Siempre quedará algo por conquistar, aprender, lograr...  así que... ¡No te olvides de soñar!

El abuelo y su nieto


Le regala los juguetes

con los que él

jamás pudo jugar.

Una infancia de viejo,

una vejez infantil

mira a su nieto jugar,

le basta con eso

para ser feliz.

Te confieso, amor

O consejos vendo y para mí no tengo

Hoy me pesaron los versos

y durante un momento

dudé si quería ser

aprendiz de poeta.

Dudé un instante, amor

de esas mágicas confidentes

pulidos rostros múltiples

reflejando al momento

abismos, luces y pesares

tanto de quién escribe,

como de quién lee.

Intrascendente infundio

distorsiones de tinta

pájaros infieles

que abandonarán al ser.

Te confieso, amor:

durante un insondable segundo

me sentí torpe y abatido

antes incluso

de empezar a escribir,

porque sé que mientras

el poeta se está

quemando a lo bonzo

para que sus versos iluminen,

la bastedad que se le opone

resulta imposible

de hundir,

aunque un muerto

solamente flote

porque ya está vencido.

La poesía es un camino del cielo



Dedicada a Fragile

Un paso más en las nubes,

solo otro pasito.

Y cuando te pueda el cansancio,

avanza en el descanso

pero no dejes nunca

de querer volar,

aunque algunos esperen

aves a las que cazar.

¿Qué prefieres ser

cazador en la tierra

o sueño en el cielo?

Lo normal


¿Quién puede osar afirmar lo que es corriente y lógico o por el contrario inaudito e ilógico? ¿Qué divina sabiduría puede aseverar, sin riesgo a equivocarse, desde un rincón -no en el centro precisamente- de esta lechosa y mareada galaxia, lo que es de ordinaria administración ad eternun? ¿Donde está escrito con letras indelebles e incuestionables lo que es normal?

Desde mi vida, ínfimo resquicio de un Dios inenarrable, imagino que se refieren a que lo normal es lo más común. Pero fuera de lo estipulado, tomando esto como lo estudiado y contrastado, por ejemplo, psicología, sociología, astronomía y otras "ías". No entiendo lo que es normal y lo que no. No deberíamos, hablando desde una libertad desconocedora y salvaje, tildar a nadie de nada, ni a nada de algo, según nuestro criterio, mi parecer, pues no es indubitable, sino uno más entre tantos, incluso pudiera ser menos que el vacío, que es neutro, y aquel sería negativo.  Ni siquiera hablando desde la convicción con que nos agracian las erudiciones, podemos estar totalmente seguros de algo. Hay que tener muy en cuenta la historia y el hecho de que toda disciplina con el tiempo se vuelve obsoleta, y lo que ayer era aceptado, hoy es contrasentido.

Existe lo familiar y lo extraño, cierto es, pero sólo lo es, de momento, para mí -para ti-, otro puede sentir algo totalmente diferente. Cualquier disciplina o rama científica, por probada y ortodoxa que sea, por certificada y cuantificada, cualquier cosa creada por el ingenio humano, es susceptible de cambiar, de mejorar o de irse al garete.

Pongamos por caso que soy un extraterrestre, mi aspecto sería clasificado como anormal aquí en la tierra, pues no tendría las características típicas humanas. Y sin embargo para mi sería lo normal, es decir, lo que es normal o no, depende de la persona, del ser, siempre y cuando sea un ser pensante y se embarre en odiosas comparaciones. Hay tantos criterios y tantas cosas normales o anormales cómo personas dispuestas a hacer esa generalización. Lo normal no existe. O sí que existe, pero no es trascendente, sino parcial, carente de peso real. Entendiendo por real lo que sobrepasa nuestro cotidiano panorama de animales bípedos semi-pensantes, semi-sintientes, con orejeras de burro, y además orgullosos de ello.

Get back


Regresar, volver, retornar a donde perteneces...

¿Y si no perteneces ni te pertenece...?

Me gusta Galicia.

Me gusta Andalucía.

Me gusta Murcia.

Me gusta Madrid.

Me gusta Valencia.

Me gusta Asturias

Me gusta Ibiza

Me gusta Barcelona

Me gusta Palma de Mayorca...

Pero en donde más tiempo he estado (sin contar en donde vivo ahora) es en Galicia y en Andalucía. En Galicia era "el andaluz" (para algunos), y en Andalucía era "el gallego" (para todos, mi acento me delataba).

Por mis venas corre sangre gallega y andaluza, al cincuenta por ciento hasta donde yo sé. Mi origen es, por un lado la provincia de Lugo (donde nacieron mi padre y demás antepasados, rama paterna) y por otro la provincia de Almería (donde nacieron mi madre y demás antepasados, rama materna). Por último, un pueblo de la provincia de La Coruña (donde nací yo mismo). Desde el Noroeste al Sureste, de una punta a la otra, en diagonal y en linea recta desde un extremo al otro de la Península Ibérica...

Vivo (desde hace ya años) en el Sur, que siempre, para qué mentir, me ha gustado tanto como el Norte. En estos tiempos de emigración e inmigración, me siento afortunado, me siento en casa. Me tocan la moral los provincianismos y, quizás aún más si cabe, los localismos, de los cuales España está llenita. Da igual si Norte o Sur, si más pobre o más próspera. No cambia. Las rivalidades están en todos los sitios de la Piel de Toro. Pero bueno, a pesar de esto. Lo que a mí me gusta es ESPAÑA. Estando aquí no me siento -ni nadie debería sentirse- extranjero.

Mi acento no cuadra con el lugar (siempre hay alguien que me lo recuerda) ni soy capaz de disimularlo, por más que quiera (que tampoco quiero): ¡Go home, jojo!

Nota: Quiero aclarar que no renuncio ni al Norte ni a Galicia. Imposible. Amo el Norte y siempre estará conmigo, es una parte de lo que soy. Pero es que no es sólo lo que siento. Imagino que soy difícil de entender, y que habrá quién opine que quién mucho abarca poco aprieta (mentira, sentimiento es sentimiento). Quizás sólo alguien en mi misma situación me pueda entender...

Manifiesto por la sanidad humana



"La homosexualidad es una enfermedad", "Si todos fuesen homosexuales, el ser humano se extinguiría", "Se pierden la complementareidad"... son frases que algunos dan por ciertas, y que hacen creer que esa condición tiene algo de anómala.

Analicemos estas frases una por una:

-"La homosexualidad es una enfermedad": de las enfermedades se muere, o por lo menos se puede llegar a ello, son, en definitiva, una merma de la salud física o mental, pero siempre suponen algo patológico y gravoso. NO ES EL CASO.

-"Si todos fuesen homosexuales, el ser humano se extinguiría": ¿Y SI TODOS FUÉSEMOS HOMBRES? el "y si" no parece argumento realista, es demagogia. Pero vamos a ponernos en el caso de que la naturaleza deja de serlo y se vuelve antinatural -esto es imposible, es un sarcasmo- simplemente con que el número de homosexuales superase al de heterosexuales, los "raros" pasaríamos a ser los segundos. Pero ni siquiera así se extinguiría la raza humana, tal vez mejorasen las leyes sobre la adopción, propiciando con ello el poder dar una vida digna a muchos niños que no la pueden tener, y no por la falta de parejas que desean adoptar, sino por la larga lista de espera y las monolíticas trabas burocráticas que les imponen los diferentes gobiernos, las embajadas, etc. Otra consecuencia sería que ayudaría en general a comprender que todos somos "hermanos" más allá de los vínculos de sangre, es decir, consecuentemente estaríamos más "hermanados", asunto no baladí, que aún tenemos mucho que aprender en este sentido.

-"Se pierden la complementareidad...": el amor en última instancia es espiritual y no entiende de ciertas condiciones, dos seres humanos siempre serán dos mundos, mucho más que un género, una raza y una religión.

¿Sigues pensado que ser homosexual es estar enfermo...? LOS DESPRECIAS, bien, yo no tengo ningún interés en convencerte de nada, pero si he de rebajarme a tu nivel, en favor de lo justo, y para pagarte con la misma moneda: yo sólo veo una cosa enferma; y es ESE PUNTO DE VISTA.

Ganaremos por el amor


Vieja escena,

no logramos recordar

a los dioses

de este hervidero animal,

y aún peor

aunque las estrellas

pudiesen ser bajadas aquí

nos cegarían y nos quemarían.

Pero existe una esperanza,

nadie nos hará más daño

nunca jamás, jamás, jamás

cuando ganemos por el amor.

El antibuda


          Nació libre de ataduras y con una facilidad innata para ganarse la vida dignamente y la felicidad. Carecía de ego, de posesiones y sabía en lo más profundo de su ser, que todo pasa, que nada existe inherentemente y por lo tanto, nada importa en el fondo. Una suerte de mátrix que poder disfrutar en libertad, sin la sed frustrante de los deseos.
Observaba las nubes a menudo, no necesitaba mucho más para sentirse en casa, en equilibrio. La vida no parecía pasar por él, al carecer de yo real y saberlo, se convirtió en la vida, la misma vacuidad, sin sombra de negatividad, que está en todo.
          Un día, sin saber porqué, dio un giro radical a su existencia y abandonó su plena simpleza para adentrarse en la sociedad consumista. Su felicidad cayó en picado. Se convirtió en un ángel búdico caído. Traficó, jugó a la bolsa, se endeudó, robó, extorsiono, y explotó a honrados trabajadores. Logró formar su propia empresa, crear su propia franquicia internacional y hasta se compró un equipo de fútbol.
          Era próspero económicamente, pero todas sus circustancias le causaban sufrimiento porque ya no era la misma persona que antes, ahora se sentía sus fugaces y cambiantes delirios, mezclados con él mismo. Por fin sentía la tragedia de la condición humana. La vida ahora pasaba por él y dolía. No encontraba la serenidad de espíritu, su más valiosa posesión. No había consuelo posible. Cuanto más medraba económica y socialmente, más grande era su vacío, y por más que en su exterior fuese encorbatado, engominado y enlimusinado, su realidad era otra mucho más oscura en su interior.
          Poco antes de morir mandó construir una estatua de su busto en el jardín de su mansión. Algunos años después se convirtió en un lugar de peregrinaje. La imagen del triunfo. Acudían a admirarlo, deseosos y sedientos de un becerro de oro, y le daban las gracias por el ejemplo. Acudían a agradecerle su demostración de que en la vida no hay nada seguro, que esta puede dar muchas vueltas y que no importa ni donde, ni como nazcas, uno puede llegar a convertirse en algo totalmente contrario.

El antibuda (prólogo)



             Mucho se ha hablado del anticristo, pero nunca nadie habla tanto del antibuda, que posiblemente está mucho más presente en nuestros tiempos. Acaso está tan presente y desde hace tanto, que ya ni notamos que está ahí. Se ha convertido en el aire que nos rodea.
Solo la crisis económica parece alejarnos de las energías perturbadoras del antibuda, pero no es un alejamiento real, es producto de la avaricia causa de aquella. Y tampoco es un alejamiento puro, porque te acerca a la desolación, a la ansiedad y al desamparo del que no tiene para comer.
               No soy budista, pero creo en ciertas palabras de Buda, por ejemplo en estas: "En el punto medio está la virtud", que dijo basándose en su propia experiencia, cuando dejó de mortificarse con ayunos porque no tenía fuerzas suficientes ni para meditar en condiciones...
Creo que en el orden establecido está lo mejor de lo que hemos sabido hacer, con todas nuestras limitaciones y grandes pequeñeces. Desde luego eso no puede ser todo y es deseable que mejore, pero mi  historia no va en contra ni de un sistema en concreto ni de la sociedad en general. Decir que tampoco tengo -ojalá la tuviera- la llave secreta que abre la puerta hacia un mundo próspero, dichoso y filosóficamente perfecto. Es un cuento espiritual, nada más. Algo exagerado, efectivamente, con los matices lógicos e imaginables que nacen de la luz de un análisis crítico y pragmático.
             El antibuda es una historia paradójica, porque con su radicalismo, nos lleva a la moraleja, bastante bien escondida, del raciocinio espiritual y del punto medio interior. Creo que puede ayudar a acercarse al equilibrio, y por inercia también un poco más a eso que llamamos felicidad.
Os dejo, ya sin más preámbulos, con este buen mal hombre: el antibuda.

Encuentro con el hombre-mutante


As Pontes. Verano. Hace años (no sabría decir cuantos, pero bastantes):

-¡Tony! -escuché sin saber ni de quién ni de donde procedía la enigmática llamada-.

- Me giro, lo veo. -¡Hei, ¿qué pasa?! cuanto tiempo... -contesté, después de unos segundos-. Y nos abrazamos, larga y furiosamente, como solo dos amigos de una infancia perdida y añorada pueden hacer. Luego lo miro mejor, era una especie distinta: un conocido desconocido. En realidad un amigo de los mejores que nunca tuve.  De los viejos tiempos, pero de los viejos de verdad. De cuando jugábamos en la calle, en el campo, a peleas, a pillar, escondite, con las peonzas, a carreras con las bicis, los yo-yos... El tiempo no había conseguido que nos olvidásemos el uno del otro.

Supe que era él, por un conjunto de rasgos que me resultaban lejanamente familiares, solo el físico y algo en el fondo de la mirada me recordaba muy vagamente a la persona que había sido.
Hablamos con bastante entusiasmo, de esto y de lo otro. De aquello y de lo de más allá. Pero no quise decirle lo que luchaba por salir de mis cuerdas vocales: "¿donde está tu otro yo, ese que es mi amigo y  por qué no me avisaste cuando desapareció?".

Me pregunto si a él le sucedió lo mismo, porque soy incapaz de saber si yo había cambiado tanto. Pero él... él era él mismo pero a la vez otro diferente. Era algo muy extraño, un hombre-mutante. Tenía la impresión de haber hablado con el fantasma de mi antiguo amigo, con un farsante, un usurpador, un impostor, un clon inexacto. Aquel al que yo tanto aprecio tenía, había sido reemplazado por otro.
La vida nos va puliendo como diamantes, se encarga de hacer su trabajo, muchas veces por puro  desgaste. Pero yo prefería al antiguo amigo, con todos sus defectos. Prefería al diamante defectuoso, sin pulir, con sus aristas y todo. Seguro que ahora era una mejor persona, una persona más completa y sabia, pero el corazón tiene razones que la lógica desconoce. No puedo culpar a mi amigo por evolucionar, eso mismo es lo deseable y es condición de vida. Si alguien hay culpable, ese no es otro que el tiempo "Los dedos miserables que le dan cuerda a mi reloj", parafraseando a Sabina.

Después de haber hablado largo y tendido con mi amigo, ya camino al redil -con perdón- del hogar familiar, recordé una frase del ensayo que estaba leyendo: "La Rosa sin porqué", de Antón Baamonde. Una frase que ya jamás olvidaría porque la comprendí en toda su extensión sin necesidad de experimentar nada dramático, ni tan si quiera vagamente doloroso, simplemente algo melancólico, en el fondo bonito e inevitable. La frase dice así: "La memoria es una venganza contra el tiempo".

El planeta sin noche

 
La luz de las estrellas que ejercían de soles bañaba de forma casi permanente cualquier punto del planeta. Cuando se empezaba a ocultar una estrella, ya estaba saliendo la otra. Se pesaba una tercera parte de lo que se pesa en la tierra y la vida resultaba, también en otro plano, más liviana y sencilla. La naturaleza no era cruel: ningún ser mataba o devoraba a otro para su propia supervivencia. Tampoco existían las mascotas, y esto, no se entiende muy bien porqué, pero era así...
Estaban muy bien organizados, no solo se ayudaban los unos a los otros siempre que podían, además disfrutaban con ello. Existían, sí, las jerarquías, aunque no las injusticias, ya que aquellas estaban estructuradas en base a estudios del aura capaces de revelar, sin ningún género de duda y muy sabiamente, los talentos y defectos de cada cual. Nada que ver con nuestro sistema de memorización-repetición-memorización-repetición... o, por ejemplo, los imaginarios méritos inservibles derivados de la estupidez terrícola por salir en la televisión o en las revistas del llamado -y que manera de manchar la anatómico/poética palabra- corazón.
Se producían constantemente fenómenos en la atmósfera, muy similares a lo que los terrícolas conocemos como arco iris o auroras boreales, pero su belleza era más intensa, desdibujada y rápida. Si alguna vez os habéis sobrecogido ante la belleza de una puesta de sol o su opuesto, un amanecer, pues entonces ya os podéis hacer una mínima idea de lo que sentían al contemplar aquellos fenómenos. Ellos apreciaban tanto las maravillas naturales que ni aparatos de electrónicos necesitaban. Aunque a decir verdad, tenían algo parecido a los móviles o Internet para comunicarse a grandes distancias (pero no me pidáis que lo explique con palabras, no soy capaz) preferían estar en la naturaleza para disfrutar de una variedad casi infinita de prodigios, para ellos cotidianos, pero que nunca dejaban de poseer su estrambótico encanto.
Se deleitaban con fenómenos tales como los volcanes de alimento, la nieve inteligente (con la que creaban esculturas permanentes, ya que solo se derretía aquella que carecía de belleza artística), el viento mágico (que transportaba los sueños más hermosos y que ellos podían apreciar despiertos) o la lluvia limpiadora (que como su palabra indica, limpiaba y purificaba todas sus calles).
Se habían especializado en los viajes interespaciales, visitando a menudo nuevas formas de vida y estudiándolas. Uno de los planetas más curiosos y contradictorios para ellos era la tierra, que han visitado varias veces. Se sorprendieron al ver como vivíamos. Estábamos rodeados de comodidades materiales a costa de estropear el propio planeta, y sin embargo, no se explicaban como podíamos tener un sistema económico tan injusto, donde una minoría posee la mayoría de la riqueza, y lo peor de todo: no encontraron un solo ser humano, ni uno solo, que hubiera sido siempre feliz.
Ellos estaban mucho más avanzados que nosotros, no solo tecnologicamente, sabían -y saben- como se crea el infierno y también como se camina hacia el cielo. Cuando vieron en la inmensidad del cosmos ese pequeño y hermoso punto azul por primera vez, sintieron claramente, con mayor pesar a medida que se acercaban, que se trataba de uno de los mundos más bellos pero semi-infernales que existen en el universo.

Reflexión sobre las reflexiones


No sé si existirá el destino, hay veces en las que todo parece encajar a la perfección e incluso detrás de lo malo puede encontrarse fácilmente la semilla del crecimiento. Por el contrario, hay otras veces en las que siento la voluntad y el libre albedrío y pienso que eso del destino no puede ser cierto. ¿Qué es lo verdadero? ¿Cuándo estoy en lo cierto? Si existe el destino combinado con el libre albedrío, en los pensamientos encontraría el hombre su mayor grado de libertad. Pero los pensamientos pierden mucho de su sentido sin la acción. Pensamiento acertado, profundo y preciso y acción claramente definitoria. No se me ocurre otra combinación mejor para alcanzar el éxito.
Los pensamientos optimistas es muy fácil compartirlos. Con los pensamientos pesimistas pasa todo lo contrario. Una sonrisa o un gesto amable pueden ayudar bastante en la vida y, además, son gratis, por eso la gente tampoco quiere expresar los pensamientos más oscuros, que todos alguna vez tenemos. Pero hay una cosa con la que normalmente no se cuenta porque no se es consciente de ello, aunque no se quiera expresar algo, lo que se calle, y cuanto más tiempo pase peor, se verá reflejado, a la larga, en el semblante.

No está en la naturaleza del ser humano, competitivo per se, dejar de cuestionar y de pensar, aún sabiendo que los pensamientos negativos pueden surgir y cuando esto pasa, nos damos cuenta de que somos minúsculos títeres en una bola que es muy poco para la inmensidad del todo, hojas mecidas y llevadas por el viento, hormigas inconscientes de que pueden ser pisadas por un elefante en cualquier momento. Si existe el destino y, huelga decirlo, sin perdernos el bosque por los árboles,  al desestimar abstrusas consideraciones místicas, llegamos a la cruenta conclusión de ser los personajes de un guionista despiadado. O algo parecido. Así de jodida y cabrona puede ser la mente.

La ataraxia y el estoicismo de la antigua Grecia, el nirvana del Budismo, la mojigatería del Judeocristianismo o del Islam, la sociedad de consumo del zombie moderno en la sociedad desarrollada... todas estas cosas tienen en común una suerte de bobaliconería que se deja llevar y no cuestiona, que embota. Pensar demasiado siempre será improductivo para fabricar ese eje maravilloso de serenidad que, girando sobre si mismo pero sin desplazarse de su sitio, otorga un sentido de consistencia a los "afortunados" seres de férreas creencias. ¿Cúal es la solución entonces? ¿Qué es lo más inteligente que uno puede hacer para no permanecer anquilosado pero tampoco acabar siendo un desdichado? ¿Cómo compatibilizar el hecho sentirse vivo con la despreocupación sin caer en la imbecilidad? Los indígenas nativos norteamericanos tienen la respuesta: El hombre blanco está loco. Loco por pensar con la cabeza, ellos piensan con el corazón; por consiguiente, sienten. Venga lo que venga y sin miedo a las emociones. No entienden al hombre blanco que, comparado con ellos, siempre está con algún problema o frustración. Que extraño y que sabio este antiguo pueblo, ¿no? que cultura tan ajena... pues no, ni tan extraña, ni tan ajena. Nosotros tenemos la palabra "recordar", del latín "recordari", "re" (de nuevo) y "cordis" (corazón), cuando recordamos a alguien lo que estamos haciendo es volverlo a pasar por el corazón. Los aciertos, las verdades universales son acervo de todo el mundo, pero unas culturas cazan unos, y otras cazan otros. A mí me gusta girar el mundo para verlo desde todos los ángulos, y me puse a reflexionar con el corazón, como hacen los indígenas. La conclusión  a la que he llegado no la puedo contar, porque entonces estaría pensando con la cabeza.

Ser feliz como los niños de África


No sin cierto resquemor, pulso los dos botones de encendido de la caja tonta o diabólica (ya no sé muy bien). Nunca veo las noticias, no suele haber nada positivo, hacen de la desgracia norma, es deprimente. Contemplo estupefacto la concentración de la más alta desgracia humana contada por unas señoras y señores que lo narran sin expresar la más mínima emoción. Parecen robots. El mismo monótono tono para dar cualquier mala noticia -las buenas, la mayoría, no salen, si acaso como anécdota-. Pero llegan los deportes, y entonces ahí suelen poner a un "especialista" rapado o directamente calvo (como prueba de la mucha testosterona que corre por sus deportivas venas) con pinta de contento, que al contrario que sus compañeros, narra los más triviales asuntos con total vehemencia. De locos.

Las pocas -o las muchas, ya digo que hace mucho que no las veo- veces que sale el tercer mundo, contrasta con las caras largas, los ambientes artificiales, estirados y los tonos grises de los presentadores. Los niñitos de África que salen no poseen nada, pero están felices, siempre con una sonrisa. Aprecian la vida, las cosas pequeñas de la vida, el sol, el campo, la imaginación, una novedad. Tenemos que llegar a ser como los niños esos. Son felices y su felicidad es auténtica. Nosotros somos felices a ratos, porque nuestra felicidad depende de muchas cosas. Cuando tu felicidad no depende de nada, entonces puedes ser feliz sin miedo a que nadie te la quite.

Inspiración


Si la inspiración
no te llega nunca,
tranquilo, es normal.

Si la inspiración
te llega a veces,
aprovecha y escribe.

Si la inspiración
te llega siempre
¡es que has enloquecido!

Error system




Todo está cambiando a tal velocidad que pocas cosas parecen tener solidez. ¿Cómo opinar sobre un puente de hielo cuando está empezando, no ya la primavera sino el verano?

Crecimos pensando que todo tendía a ser siempre más próspero. Lo creíamos de verdad, por ello soportamos bastante cosas estoicamente y ahora nos cuesta, nos ha costado ver y hacernos conscientes de la realidad, de la magnitud del desastre.

También se nos dijo (y lo creímos a pies juntillas) que lo habíamos tenido siempre todo. Se equivocaban. Sólo éramos frágiles peones en un sistema igual de frágil, tanto o más que ellos. Lección a aprender: Lo que quieras creer es lo que vas a sentir, pero no lo que es.

Ojalá pudiera, con un fósforo, rasparme en el callo del corazón y prenderme a lo bonzo para iluminar con una prosa inteligente o una cálida poesía. Pero no tengo todas las respuestas, es más, ni siquiera tengo una. Y sin embargo, está bien. O mejor dicho, no está mal. La existencia es un viaje. Un eterno acercarse y alejarse. La ley del péndulo. Descubrir, tratar de aceptar, y volver a empezar. Todo en aras de un mundo mejor. Aprender a ser feliz sin necesitar nada externo. Estoicismo, aceptar, aceptar y aceptar (sin juzgar). La papelera mundial sigue llena, y continúa llenándose. Por si no nos vemos en persona en el arduo camino, un abrazo.

Almería

Almería, tierra de grandes sentires
de mágica inspiración,
donde cuando menos te lo esperas
alguien te regala su alegría.
Almería, me das la vida
tierra de arte y luz
y de noches infinitas
quién pudiera llevar ese duende
allá donde voy lejos de ti.

Versos en el tiempo


Escribiendo
algunas palabras
a lo largo
de lo ancho
de la vida.
Huellas dejadas
en los rincones
para poder
ver el camino.
Limpié la sangre
de las lágrimas
y ahora miro
con un cristal
transparente
esos versos
en el tiempo.

Parada de papel

 
Destino o parada de papel
nunca nada todo escrito está,
existen los que viven en sus cuevas de cristal.

Destino o parada de papel
mira a los que no quieren reflejar
los brillos de la autenticidad.

Destino o parada de papel
majestuoso, incomprendido e inaudito
como un tornado en un acto protocolar.

Destino o parada de papel
viviendo como un paria
sin lograr achicar la mediocridad.

Destino o parada de papel
como un sol de mil rayos
que sigue saliendo porque es de verdad.

Haikus



-1-
que hermoso barranco
no hay otro mejor para despeñarse
en todo el universo

-2-
sé que es valioso
lo que nos une
porque nadie lo comprenderá

-3-
disfruta el agua que bebes
y trata de alcanzar esa divinidad
que sacia la sed a pesar de no tener sabor

-4-
los árboles crecen solos hacia el sol
nunca nadie les indica el camino
la vida crece y se multiplica ¿sola?

-5-
si en la penumbra
puedes ver crecer la tristeza
es porque no quieres ver
el sol que pronto se irá

-6-
precioso niño recién nacido
igual que todos los demás
nunca será de nadie

-7-
llegarás a componer obras maestras
cuando seas capaz de sentir
la música que hay en el silencio

-8-
los niños no juegan como locos
si los mayores fuéramos más cuerdos
no diríamos que juegan como locos

-9-
camina lo que haga falta
y si  no tienes piernas
aprende a conducir en el vacío

-10-
no trates de entender
mi poesía completamente
es por ese misterio
por lo que se llama poesía

En el fuego


Todo efecto es precedido de una causa, o como dice la física; "toda reacción es precedida de una acción". Y aclaro que no se trata de buscar culpables. Somos seres con conciencia, como tal tenemos derechos, pero sobre todo, sobre todo; deberíamos tener deberes (valga la redundancia). Obligaciones, sí. Y el deber principal sería con uno mismo (la conciencia), aunque no esté legislado en ninguna ley terrenal, no significa que no pueda existir en otros perímetros más altos. Ha de existir, aunque muchos no lo crean y bastante tiene o tendrá ya el errado con su desdicha ante la luz de la pura conciencia...

Las personas importan más que las cosas, porque las cosas son para las personas y no al revés "in rebus humanis personae sunt principaliores quam res, quia res sunt propter personas, et non e converso". Dijo Santo Tomás de Aquino. Pero existen personas que entran en una espiral y se les va la vida tras el humo de lo fatuo...

"La economía son ciclos". No: "La naturaleza es cíclica". Eso sí. La economía es artificio, invento humano, un mal menor -pienso yo-, y como tal, siempre ha de responder a un detonante o estímulo. Sin duda hemos hecho cosas mal en el pasado, pero ya de nada sirve lamentarse. Sólo quiero dejar una pequeña pero lúcida, creo, chispita de esperanza para el final:  Es en los malos tiempos en donde más importa la valía y donde se puede obtener algo mejor, igual que es en el fuego en donde se forja el hierro.

Creer en la luna


Hoy es el momento
de comprender que la luna
no solo refleja el sol,
embellece lo que ilumina.
Te equivocas al despreciarla
solo porque ella nunca
va a dar buena luz
a tus egoistas deseos.

El sentido de la vida

"La vida no tiene sentido". Afirma el ateo.

"El sentido de la vida es el que tú le quieras dar". Reflexiona el filósofo.

"El sentido de la vida es un misterio". Descubre un día el mago.

"El sentido de la vida es Jesús". Reza el católico.

"El sentido de la vida lo encontrarás dentro de ti". Interioriza el anacoreta.

"El sentido de la vida acaba de ser descubierto en un laboratorio". Retransmite el locutor.

"El sentido de la vida es bla bla, bla...". Dice el que habla por hablar.

"El sentido de la vida es perfeccionarse hasta la iluminación". Medita el místico.

Y así, cada cual vive lo que cree, hasta un día, donde quizá algo cambie y se comprenda sin palabras...

Seguir al viento


En tus sueños podías

radiografiar un bloque de hormigón

vencer sin trampas a un campeón

e iluminar la noche como un ángel de la verdad.

Cuando la lluvia lo inunde todo

no vayas a la sala de los pasos tristes

tú puedes seguir al viento.