Querido ente metafísico...


Querido ente metafísico:

Bien podrías ser "yo" con algunos años menos. Ahora podría, al ser tu "yo del futuro", estar escribiéndote a ti, solo a ti, desde mi presente. Pero eso sería caer en un exclusivismo injustificado... Ojalá estas reflexiones valgan, aunque sea un poquito, para todo aquel que posea la humildad, paciencia y sabiduría suficientes como para aceptar consejos e intentar llevarlos a la práctica.

¿Quién no ha sido alguna vez, en algún u otro aspecto, un joven prometedor? Si estás en ese momento, si te encuentras en ese preciso y precioso instante, te escribo estas lineas porque te aprecio y tengo la absurda pretensión de ayudarte. Ya me hubiera gustado a mí haber sabido las cosas que voy a decirte, pero... Es posible que ni siquiera las hubiese escuchado. La experiencia a menudo es así, como un número de lotería premiado cuando el boleto ya está caducado. Por eso, lo que aquí y ahora te ofrezco, no tiene precio. Si me haces caso te evitarás tropiezos y sufrimiento.

Estas reflexiones son producto de mi propia experiencia o de la observación directa. Asimílalas en profundidad y practícalas, si tienes ocasión, todos los días:

-La vida tiene etapas, tendrás rachas buenas en las que todo irá sobre ruedas y alguna racha peor. El cambio es la única constante. No se puede permanecer indefinidamente en la buena suerte. Esto la hace más valiosa, apréciala cuando la tengas, pero no te aferres a ella.

-A veces hay que combatir en diversos frentes a la vez. Nunca te precipites. No te agobies ni te canses innecesariamente. No mezcles unas parcelas con otras y ten en cuenta que las reglas, en según que casos, están para romperlas.

-Recuerda que los fallos se ven más que los aciertos. Tenlo en cuenta y repasa todo lo importante que hagas.

-La vida es una carrera de fondo, en donde al final consigue más el que más resiste. Si consigues un éxito, no te duermas en los laureles. Si fracasas, no importa, aprende del error y continua perseverando.

-Que nunca te afecten ni te cambien el éxito o el fracaso. La adulación o el insulto...

-Recuerda que nadie es imprescindible. Otro ocupará tu lugar, y no pasa nada. Sucede con las novias, con las casas, con los trabajos, los amigos...

-No trates de hacerlo todo tú solo, pide consejo a los expertos y escucha atentamente a quién posee mayor experiencia. Dicen que la juventud es un divino tesoro, pero los mayores también tienen otro valioso tesoro: la experiencia.

-No rijas tus actos por lo que vaya a decir "la gente". Ellos no están en tu pellejo. Haz caso a tu intuición y se fiel a ti mismo.

-Se amable siempre, salvo casos muy extremos.

-Mantén el sentido del humor, es el mejor suavizante contra las asperezas de la vida, también el amor ayuda, y mucho, pero este ya no depende solo de ti, el humor sí. 

(Hasta aquí por hoy. Claro que me dejo muchos más buenos consejos en el tintero, porque la vida siempre es mucho más de lo que percibimos en el momento. Otro día quizá escriba más. O quizá no...).

Buena suerte, y recuerda que hay algo más importante que la meta: El camino hacia ella. Siempre quedará algo por conquistar, aprender, lograr...  así que... ¡No te olvides de soñar!