Gracias

Muchas gracias a todos por leerme y por vuestro aprecio.
Voy a seguir escribiendo, sólo quiero probar en otros formatos. Podrá llevarme un año, tres o diez... lo que sea. No puedo asegurar que vaya a llegar, pero voy a saltar. Hasta siempre.

Explicarse



Nunca doy explicación ni hago aclaración alguna acerca de mis poesías y recientemente me han sugerido que podría añadir alguna nota a pie de página; una visión personal desde la universalidad de la poesía, para orientar al lector y que no se vaya por derroteros no previstos. Quizá sea un desperdicio, sí (el lector conocería detalles simpáticos y yo podría explayarme), pero no un error. Que cada uno interprete libremente desde su punto de vista es un riesgo que ya tenía asumido. Que alguien viaje al sol cuando yo imaginé el mismo destino alunizando, puede acabar resultando hasta gracioso y estimulante. Por el contrario, al delimitar con precisión se puede romper algún esquema muy válido e incluso alguna ilusión.
Pero no lo descarto del todo (huelga decir que de aceptar el reto -quizá puntualmente, nunca siempre- no sería un pie de página propiamente dicho, sería un añadido personal y más amplio).
En la poesía, en la antipoesía y en la prosa también, he acabado plasmando algunas veces un punto de vista algo pesimista respecto a esa excelencia difícil que está pero no está, que cuando la atrapas parece que se ha ido... Otras he acabado en el optimismo del extremo opuesto... Un extremo tan aparatoso como frágil, que ha sido asumido como real por buena parte de selectos lectores, exagerado en momentos estratégicos por los que saben escribir, y llevado al paroxismo por músicos, bohemios, locos... Pero una excelencia nunca puede ser artificial en la poesía, cuyo deber entre otros, es la lucidez. Más amorosa o alucinada, pero siempre lucidez. No me librará esta de caer en las oscilaciones de los péndulos. Sin embargo cada día estoy más convencido de que la excelencia con mayúsculas no se debe sino mayormente al hecho de ser buena persona (virtud indispensable, aunque no la única, y tan extensa que -estoy seguro de que estarán de acuerdo conmigo- está condicionada a muy pocas cosas).


Nota: finalmente, releyendo el texto, hay partes en las que ni yo mismo entiendo del todo lo que he querido decir. Bueno, pero algo hay que escribir... Y es que, a veces, no es nada fácil EXPLICARSE.

LLuvia



Aunque el pasado no importe

no queremos ser los conformes

que creyeron en los engaños aledaños

de la prosa que sufrimos.

Los días de lluvia

ya no nos entristecerán más

sin dejar de ser los salvajes

que lejos de todo equipaje

nos supimos amar.

Oración



En el vértigo de los días, algunas veces

lo que nos apasiona va perdiendo interés,

Dios del tiempo que estás tan, tan arriba

no dejes a ninguna alma así perder.

En el pasar de los años, a veces

la gente se va sumiendo en engaños,

Dios del tiempo que estás tan, tan arriba

no permitas en ninguna alma tales daños.

En el transcurrir del sentir, alguna vez

se vuelven uno amor y dolor,

Dios del tiempo que estás tan, tan arriba

no dejes nunca a ningún amor sin color.

En el discurrir cansado, a menudo

parece más el pasado que el futuro,

Dios del tiempo que estás tan, tan arriba

no permitas en nadie un sentir tan oscuro.

Quimera



Sencillez apacible

confianza serena,

la sincera humildad

siempre se impondrá

ante cualquier presunción.

Cuanto podrían aprender de ti

los que creen ser "algo"

en el lado oscuro,

competitivo e infame

de esta achatada esfera

a la que llamamos Tierra.

¡Y sin embargo resultas

tan frágil en apariencia!

más que los demás, diría...

(pero en el fondo como todos).

¡Qué contrastada combinación!

Necio, por un momento sentí

que tu confianza era porque

te sentías protegida a mi lado.

También en tu tristeza



Tu alegría me ayudó

a despertar, ver la luz;

y aunque hoy ya no estás

no quiero que dejes de saber

que también en tu tristeza

te he amado igual o más.

Cosas escritas



Todos los que creen comprender a Dios

entenderán algún día que ninguna religión

es obstáculo cuando de verdad se quieren dos...

Aunque ya está muy lejos la que tanto amé

no olvidaré que a través de su sonrisa

podía encenderme y entender

cosas escritas en el lenguaje del amor.

Momentos



Momentos amargos y difíciles

como el pomelo,

ácidos y refrescantes momentos

como el limón,

momentos picantes y mordaces

como el chile,

dulces y alegres momentos

como el azúcar,

momentos salados y sedientos

como el mar...

Sin espacio ni tiempo

¿Qué momentos serán?

¿Cómo se medirán?

¿Con qué se compararán?

Península



Corazón del norte

anhelo del sur

calor refrescante

nubes artísticas.

Bolsillos agujereados

castigos para crecer

jolgorio para olvidar

más escribir que leer.
 
Historia bajo la tierra

 técnicos analfabetos

culturas olvidadas

un amor musulmán.

 Multitud enfurecida

basura en el receptor

opio para el pueblo

justos sin redención.

Las nubes no son de nadie



El vapeo, que comenzó como una alternativa independiente al tabaco, se está convirtiendo en una seria cuestión de coherencia sanitaria, social y económica.
Los productos para vapear no tienen más impuestos que cualquier otro producto, y así debe ser porque es un producto que produce (valga la redundancia) vapor. Los líquidos ya tienen su regulación, los mods, atomizadores y demás cachivaches, también. Y al menos un servidor está muy contento con las cosas tal y como están. Si acaso, que crezca aún más la oferta (aunque la que hay actualmente no está nada mal). Es un negocio que ha evolucionado, hasta ahora, para bien del consumidor. Y todo esto sin que (al contrario que con el tabaco, que recordemos el 80% de lo que se paga por una cajetilla va al gobierno) las tabacaleras, las farmaceuticas, el gobierno o cualquier otra institución, saque tajada, y eso por lo visto hace echar humo por las orejas, y no vapor por las vias respiratorias, a alguien.
En honor a la verdad, el vapeo es una tabla de naúfrago que a poco, poquísimo, que uno ponga de su parte, te puede salvar la vida. Así que no es ningún tema baladí y nos concierne a todos, pero sucede que también deja de generar una cifra exagerada de ingresos. Parece que la salud de las personas no cuenta, los medios tergiversan e intentan confundir, lo llevan haciendo desde hace tiempo y eso ha calado en el inconsciente colectivo. Ahora les toca saquear a los consumidores y limitar las ofertas a lo que ellos, y sólo ellos nos quieran vender. Las tabacaleras y las farmaceuticas ya están, como carroñeros, mirando de reojo al rival. Pero la verdad es que las nubes no son de nadie.

Amor



El amor es una llama

imposible de apagar...
                                                   
                                                       LLegando al alma

                                                       a despertar. 

Esperanza, recibir,

serenidad, abrigo...

                                                       LLegando al dolor

                                                       a matar.

Certeza, dar,

entusiasmo, libertad...

                                                        LLegando a la vida

                                                        a abrazar.

Poesía es consuelo de disconformes



La poesía es un consuelo para los disconformes

el estudio memorístico es una costra cansada

la investigación es un disparo bien orientado

 la filosofía es un relativo acierto equivocado

el cine es aceptar una imitación, no soñar...

...Poesía es consuelo de disconformes

si todo fuera como debería ser

¡no haría tanta falta la poesía!


Poesía del cambio



Si lo que quieres es

aire nuevo, alejarte

renovar, escapar...

No es necesario

que te vallas lejos,

juntos podemos construir

poco a poco un lugar.

Máquina del tiempo



Tantos sueños olvidados

una melodía

un rostro que asoma

tras una pared.

La pandilla

aquellos amigos

¿lo recuerdas?

¡estuvo bien!

Noches de bailes

e ilusión

no existían

ni las mentiras

ni la corrupción.

Rostros, melodías, espacios

humo, alcohol, luces

atardeceres, madrugadas y amores.

El día brilla más que nunca

salgo a pasear con un amigo

los pelos de punta

una máquina del tiempo

tú estás en todos los sitios

tan sólo puedo ver

flores, sonrisas y amor.

Oleaje en el mar



Olvidándote de olvidar
jugando con las posibilidades
el destino quieres anticipar.


                                                                   Puedes quejarte o admirar
                                                                   la vida a todos nos lleva
                                                                   como oleaje en el mar.

Nadie sabe ni sabrá
de lo que es capaz
si no enfrenta a su par


                                                                   Puedes quejarte o admirar
                                                                   la vida a todos nos lleva
                                                                   como oleaje en el mar.


Dos opciones para adivinar
abandonarte y hundirte
o esforzarte y flotar.


                                                                   Puedes quejarte o admirar
                                                                   la vida a todos nos lleva
                                                                   como oleaje en el mar.

Ilusión



 Ilusionarse, ¿Para qué?

nunca un amanecer

mantuvo un amor.



Ilusionarse, ¿Para qué?

la oscuridad de la luz

no va a alumbrar.



Ilusionarse, ¿Para qué?

la ilusión no puede calmar

lo peor del dolor.



Ilusionarse, ¿Para qué?

si la poesía se funde con la noche

mi alma ya no te podrá confortar.

Teresa


"No llores porque ya se terminó... sonríe, porque sucedió". Gabriel García Márquez


Ya desde lejos me pareció reconocerla. ¿Será ella?... ¡Qué sea ella, qué sea ella! -pienso- ¡Sí! es ella. Me acerco a saludarla; la noto contenta y tengo que contenerme para no abrazarla. Noto su perfume, es refrescante y sofisticado a la vez. Intuyo todo un mundo nuevo. Su mirada, y su forma de expresarse me lo confirman. No sé si se estará dando cuenta de lo que siento, pero apuesto a que sí. Siempre ha existido una especie de telepatía entre nosotros. Por eso precisamente puedo sentir el muro que ella está levantando para que no me acerque demasiado. A pesar de ello, hablamos amistosa y naturalmente. No sé cuanto tiempo ha pasado desde que nos vimos por última vez. Me sigue pareciendo igual de encantadora que siempre, y ahora recuerdo que tiene algo especial; sabe sonreír cuando nadie más lo haría. Eso es algo que he aprendido a valorar más con el tiempo. El llanto en una mujer es algo relativamente fácil, pero siempre penoso para el hombre que lo comparte. Teresa nunca hizo de las lágrimas algo vulgar ni lo transformó en baladí. Su sonrisa, por el contrario, siempre era excepcional y generosa.
Teresa forma parte de una época que me gusta recordar. Éramos más ingenuos, pero ella, ya entonces, tenía una sabiduría que salía a relucir cuando menos me lo esperaba. Bastantes veces he pensado en ella y en como estaría. Sabía ser práctica como nadie, sin llegar a ser materialista. Y siempre se encargaba de quitarle hierro a todo. Nunca sabrá cuanto le debo por eso. Me ayudó a suavizar la parte más tremendista y salvaje que yo tenía por aquel entonces. Tengo que decir que Teresa me dejó. No fue nada trágico, y sería imposible guardarle rencor por ello. Decía que no podía darle el tipo de relación que ella quería. Yo entonces pensaba -o quería pensar- que sí, y que aquello sólo era una excusa para dejarme manteniendo su conciencia limpia. Pero ahora tengo que reconocer que no fue un error y que una parte de mí, al poco, se sintió bastante mejor. Yo aún tenía que vivir otras etapas, y eso hubiera sido imposible de haber permanecido anclado en la comodidad de la inercia cotidiana. Teresa me conocía mejor de lo que yo me conocía a mí mismo; varias veces acertó en el centro de la diana con sus apreciaciones personales, y con el transcurrir del tiempo, más claramente he podido constatarlo.
Sin duda, todavía queda algo entre nosotros. No es ese apasionamiento del comienzo de cualquier relación juvenil, es ya la satisfacción serena del agradecimiento por el cariño que nos dimos. Tanto ella como yo hemos cambiado, pero aquí estamos los dos ¡cosas de la vida! como antiguamente. Ella siempre acaba hablando y hablando, y yo admirándola en silencio por su comprensión de lo humano y lo divino. Me sigue pareciendo graciosa su forma de expresarse, a veces entre inocente y pícara. Quiero preguntarle si tiene pareja, pero me parece un poco brusco hacerlo directamente, así que pruebo a lanzarle una indirecta. Ella la capta al instante; tiene pareja. No ha tenido hijos. Seguimos hablando un poco más, hasta que tímida y fugazmente, como avergonzándose del centelleo de su mirada, me dice que se tiene que ir. Sin entender muy bien por qué, me quedo clavado... escuchando latidos sin dueño. Mirándola mientras se aleja. Detrás de mí unos niños corretean y gritan, enloquecidos.

Tragicomedia


Repaso simultaneamente todos los sucesos y detalles de la vida recién terminada. Lo siento todo otra vez. Ha sido una clase intensiva con casi ningún descanso, en la que he aprendido algunas lecciones. También comprendo que no he aprendido todo lo que hubiera podido. No importa. Tengo toda la eternidad por delante. Ahora sólo quiero disfrutar de este estado. Recuerdo, cuando estaba en la tierra, haber soñado con volar. Ahora puedo hacerlo y, además, siento más que nunca que soy libre. En la Tierra vivimos condicionados por todo lo que ignoramos. Me siento vivo y no quiero encerrarme de nuevo en materia. No quiero volver nunca a ningún otro planeta. Aunque ahora que lo pienso, "nunca" frente a "la eternidad" no otorga demasiadas garantías. Acabo de llegar y estoy comprendiendo que la vida es capaz de sorprender mucho más de lo que imaginan los que se quedaron en la Tierra, jugando a una tragicomedia con una baraja de la cual sólo ven unas pocas cartas.

El refugio



 Dentro del refugio

la vida deja de ser un regalo,

sólo se alcanza a creer en mentiras

y ni siquiera llega el sol.

Cuando repartimos alegría

supimos que el refugio

 nunca existió,

lo inventó el dolor.

¿Por qué escribes?



John Banville

Escribo porque no sé escribir. Un periodista le preguntó una vez a Gore Vidal por qué escribió Myra Breckinridge, a lo que contestó: 'Porque no estaba ahí'. Fue una buena respuesta. Poner algo nuevo en el mundo es un privilegio que no se le concede a mucha gente. Y además, la realidad no es real para mí hasta que no se haya pasado por el tamiz de las palabras. Por eso, supongo que escribo con el fin de imaginarme la realidad totalmente real. El arte crea la vida, dice Henry James, y así es.


Andrea Camilleri

Escribo porque siempre es mejor que descargar cajas en el mercado central.
Escribo porque no sé hacer otra cosa.
Escribo porque después puedo dedicar los libros a mis nietos.
Escribo porque así me acuerdo de todas las personas a las que tanto he querido.
Escribo porque me gusta contarme historias.
Escribo porque me gusta contar historias.
Escribo porque al final puedo tomarme mi cerveza.
Escribo para devolver algo de todo lo que he leído.
(Traducción de Carlos Gumpert)


Lucía Etxebarria

1. Para que me quieran más como Bryce Echenique.
2. Porque cada vez que alguien me dice " tus libros me han ayudado mucho, por favor sigue escribiendo", me da una razón para hacerlo.
3. Para entenderme a mí misma.
4. Porque disfruto mucho haciéndolo. 
5. Porque al colocar a personajes en situaciones que simbólicamente pueden representar aspectos de mi vida, y conseguir que salgan airosos de ellas, de alguna forma me salvo a mí. 
6. Para darles voz a personas cuyas historias nadie escuchaba 
7. Porque es como enviar un mensaje en una botella: creo que quizá le llegue a alguien a quien no conozco, pero que lo entenderá. 
8. Porque siempre lo he hecho, porque es natural en mí, y porque es de las cosas que mejor hago, amén de dibujar, cocinar, hacer el amor y organizar fiestas. 
9. Porque es una forma rentable y efectiva de exorcizar neurosis. 
10. En parte, porque me pagan. Escribo por amor, publico por dinero. Por esa razón, no publico ni la mitad de lo que escribo.


Umberto Eco

Porque me gusta.


Juan José Millás

Escribo por las mismas razones que leo, porque no me encuentro bien.


Julia Navarro

Para mí, escribir es una oportunidad de viajar al mundo de los sueños y de la imaginación; de inventar personajes y de vivir otras vidas; pero también de asumir compromisos, aunque a veces vayan envueltos con el papel del entretenimiento.


Amélie Nothomb

Me preguntan por qué elegí escribir. Yo no lo elegí. Es igual que enamorarse. Se sabe que no es una buena idea y uno no sabe cómo ha llegado ahí pero al menos, hay que intentarlo. Se le dedica toda la energía, todos los pensamientos, todo el tiempo. Escribir es un acto y al igual que el amor, es algo que se hace. Se desconoce su modo de empleo, así que se inventa porque necesariamente hay que encontrar un medio para hacerlo, un medio para conseguirlo.


Arturo Pérez-Reverte

Escribo porque hace 25 años que soy novelista profesional, y vivo de esto. Es mi trabajo. Igual que otros pasan en la oficina ocho horas diarias, yo las paso en mi biblioteca, rodeado de libros y cuadernos de notas, imaginando historias que expliquen el mundo como yo lo veo, y llevándolas al papel a golpe de tecla. Procuro hacerlo de la manera más disciplinada y eficaz posible. En cuanto a la materia que manejo, cada cual escribe con lo que es, supongo. Con lo que tiene en los ojos y la memoria. Muchas cosas no necesito inventarlas: me limito a recordar. Fui un escritor tardío porque hasta los 35 años estuve ocupado viviendo y leyendo; pateando el mundo, los libros y la vida. Ahora, con lo que eché en la mochila durante aquellos años, narro mis propias historias. Reescribo los libros que amé a la luz de la vida que viví. Nadie me ha contado lo que cuento.


Álvaro Pombo

Pienso en el pequeño cementerio de Londres, a unos diez minutos a pie de Paddington Green, donde robé un perro feo, de cemento, del sepulcro de una dama ahí enterrada. Al venir a Madrid, abandoné ese perro a su suerte en el Flat A, que era el top flat con una cocinita y un cuarto de baño. Escribir esto, ¿es escribir, o no? Es, desde luego, un modo de hacer surgir los recuerdos y las imágenes distinto del modo normal: un modo prefabricado, artificiado, que desea causar un efecto imborrable al menos en mi alma y luego en la de un lector o un millón, si es posible. Y también es un intento de expresar el ser, el Dios, en la claridad del ser-ahí que era yo en aquel entonces, al borde de la nada. Querer decirlo era querer estar más cerca del ser que lo corriente. Aún no sé si estoy en lo cierto. Hablar es inmediato, como respirar. Escribir, mediato como el respirar del pranayama.


Soledad Puértolas

Las alegrías de la vida te desbordan. El dolor y la pérdida te superan y  hunden. El tedio y la monotonía pueden resultar aniquiladores.
Cuando escribo, estoy fuera de esa realidad. He entrado en otra donde sí es posible buscar un sentido, incluso vislumbrarlo.
La soledad, que tantas veces se ha hecho insoportable, se hace ligera y deseable. El estado perfecto.
Hay metas, humanidad, sentidos. Hasta cabe la risa, el gran regalo.
En la vida, el dolor ahoga y la risa es efímera. En el texto, se produce una transformación que la inteligencia no puede explicar. Nos sumergimos en el dolor sin llegar a morir, conquistamos la distancia. Observamos, podemos emocionarnos,  escoger, aventurarnos. La incertidumbre de la narración resulta más segura que las certezas de la vida. La palabra se hace enteramente nuestra.


David Safier

¿Se acuerda de cuando era niño y jugaba? ¿Inventando historias disparatadas con figuritas de indios, vaqueros o pitufos? ¿O simplemente imaginando en la bañera que era el capitán de un barco pirata que buscaba un tesoro en medio de la tormenta? ¿Se acuerda de cómo se sentía cuando jugaba con otros niños en la calle y vivían increíbles aventuras haciendo de exploradores, cazadores o agentes secretos, luchando contra dinosaurios, monstruos o supermalos que querían destruir la tierra con rayos mortales? Pues bien, todo eso es lo que yo hago todavía. Jugar con mi imaginación. Cada día de mi vida. Y lo seguiré haciendo hasta que me muera. O me vuelva loco. Es lo que me gusta. Y por eso escribo. ¡Hay alguna otra cosa mejor!


Andrés Trapiello

¿Para que escribe uno? Para responder sin afectación algún día esta pregunta. Lo natural es hablar, incluso cantar, pero no escribir. Poner las palabras por escrito en un libro es, decía Unamuno, una "tragedia del alma", y acaso se escriba por miedo a quedarse uno a solas con su dolor, como si escribir fuese un remedio, y no un veneno. Así lo siento yo también.


Mario Vargas Llosa

Escribo porque aprendí a leer de niño y la lectura me produjo tanto placer, me hizo vivir experiencias tan ricas, transformó mi vida de una manera tan maravillosa que supongo que mi vocación literaria fue como una transpiración, un desprendimiento de esa enorme felicidad que me daba la lectura.
En cierta forma la escritura ha sido como el reverso o el complemento indispensable de esa lectura, que para mí sigue siendo la experiencia máxima más enriquecedora, la que más me ayuda a enfrentar cualquier tipo de adversidad o frustración. Por otra parte, escribir, que al principio es una actividad que incorporas a tu vida con otros, con el ejercicio se va convirtiendo en tu manera de vivir, en la actividad central, la que organiza absolutamente tu vida.
La famosa frase de Flaubert que siempre cito: "Escribir es una manera de vivir". En mi caso ha sido exactamente eso. Se ha convertido en el centro de todo lo que yo hago, de tal manera que no concebiría una vida sin la escritura y, por supuesto, sin su complemento indispensable, la lectura.


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No debería escribir sobre el arte de escribir debajo de lo que han escrito estos escritores (casi parece un trabalenguas). Pero te pido que antes de incomodarte, sigas leyendo un poco más. No estoy dentro del mismo saco, no lo pretendo ni quiero que nadie me meta en él. Mis méritos literarios -si es que tengo alguno- son demasiado inferiores a los suyos. Simplemente, desde mi humilde lugar, le he abierto la puerta a la inspiración. Escuché sus pasos en el portal, y sé que a veces hasta se atreve a entrar. Tenía que abrirle, pobrecita. Si no lo hiciese así, se apenaría y yo no podría escribir ni una línea. Aclarado esto, pasaré a explicar porque escribo. Si te interesa lo que voy a responder, pues estupendo, y si no, también. No es que esté despreciando a nadie, es que no puedes hacer las cosas por lo que vayan a pensar los demás. Nunca hay una opinión ni un consenso unánime y acabarías no haciendo nada.
Escribir me transporta a un lugar casi físico, es un viaje interior en donde se pueden encontrar pequeños tesoros, pero hay que bucear muy profundo. Y no siempre es fácil, porque hay que hacerlo con el aire que tengas. La superficie debe quedar cuanto más arriba mejor, no está hecha , tal y como yo lo veo, para quién quiera escribir bien, ni siquiera aunque estés contemplando las olas.
La parte más acostumbrada a caminar debe ser aparcada antes de la inmersión, de lo contrario no podrás descender lo suficiente para encontrarte con alguna perla. Nunca podrás estar totalmente concentrado si no te has desprendido antes de ese lastre. Luego, una vez arriba, en la superficie y ya en tierra firme, volverás a calzarte tus correspondientes zapatos.
Eso, encontrar alguna supuesta perla (con que lo sea para mí me doy por conforme) es lo que busco con escribir. Siempre suma, nunca resta. Aunque luego lo deseche, habrá sido una exploración y un ejercicio.
Si hay alguien que te quiere más por haber hecho ese ejercicio de descenso a lo hondo, eso ya no será producto de ninguna intención, sino consecuencia de la inconsciencia, pues todo empezó, probablemente, como un adentramiento experimental. No quiero parecer ingrato pero no me gustaría que me quieran por algo que llegue a escribir, no quiero la responsabilidad de esa farsa. El todo es mayor que la suma de sus partes y un ser humano es más que aquello que escribe. Si me quieren, que sea por el día a día, y no por una idealización. Así que aunque escribiera muy bien, no te confundas y no me confundas. Léeme si quieres, pero nada más. A veces consigo compartir de corazón y con algo de razón. Entonces todos los caminos y todos los cielos me parecen más anchos. Si a ti te sucede lo mismo cuando lees, es porque ambos lo estamos haciendo bien.

Luz



Los oscuros nocturnos

te adormecerán

engañando.

Ahora,

mientras existe

la intención de crear

vamos siendo poco a poco luz.

Más vapor


Contradiciendo al segundo título del blog, que escribí sin pensar mucho y que está ahí principalmente por una cuestión estética (porque no conseguía situar el primer título un poco más abajo), hoy quiero escribir más de algo de lo que ya he tratado. El vapor. Aspirado, obviamente. Tema polémico y proclive a revisiones, pero de actualidad.

Recientemente La Sexta emitió un programa en el que se desvelaban intereses económicos un poco turbios. También dicen que han encontrado alguna sustancia cancerígena al vapear. La propaganda contra el e-cigarrillo sigue su directa o velada labor. En prensa, en radio, en televisión... la idea a inculcar es que vapear es para dejar de fumar y que no está bien. "Podría ser que...", "que a largo plazo no sabemos si...", "que no es seguro que...". Todo intereses. El cigarrillo analógico, el comercializado, envenenado, industrializado, ese, ese mismo que gracias a la sinergia producida por la combustión de sus tóxicos, es una droga tan adictiva como la heroína, no lo prohiben, no. Porque genera mucho dinero al sistema. Sin embargo algo que es practicamente inocuo (y más placentero para el que no está intoxicado, todo hay que decirlo) tiene una imagen para la gente que no está enterada (y esto me lo han dicho a mí directamente) "mucho peor que el tabaco". Que pueda haber intereses oscuros en el emergente mercado del vapeo, como mostró el documental de la Sexta, no significa nada, la picaresca te la puedes encontrar en todos los ámbitos. Que regulen sin encarecer (donde haya que regular), y ya está. Y ustedes, sufridos consumidores y creyentes en artículos dominicales de pandereta, no se fien ciegamente de lo que diga un artículo médico sólo porque haya sido publicado en algún suplemento de algún periódico de gran tirada nacional (aún recuerdo cuando decían que el aceite de girasol era el bueno y el de oliva resultaba peor). Usen el discernimiento siempre. Y cuando digo siempre, es siempre, por ejemplo al comprar los líquidos para sus e-pipas, e-puros o e-cigarrillos, miren que estén homologados...

Después de tres meses de vapeo, el simple olor de un cigarrillo me resulta más repelente que nunca. Puedo estar sin vapear el tiempo que sea. Mi salud no se ha visto mermada en lo más mínimo y la nicotina (NO cancerígena, como tampoco lo es ningún ingrediente de los e-liquids, al menos los que yo consumo), según algunos estudios independientes, te ayuda a pensar más profundamente, ayuda a combatir síntomas de depresión, aumenta la creatividad, aumenta el C.I. de tres a seis puntos, disminuye el apetito, mejora el rendimiento de los trabajadores y previene los males de Alzheimer y Parkinson. No puedo asegurar que todo eso sea así, pero algo me dice que no caminan muy distantes de la verdad. Y todavía "PODRÍA SER QUE" hubiera más...

Sobre la muerte



En la anterior entrada escribí: "Vive tu vida como si cada día fuera el primero o el último, que más dará". Una frase producto de algunas reflexiones...
Hubo una época en la que me debí leer, sino todos, casi todos los libros publicados sobre las E.C.M. (experiencias cercanas a la muerte).
Después de todo lo que he leído, he caído en la cuenta de que, a pesar que de todo me ha aportado algo, hay teorías que se contradicen entre sí. También existen muchos puntos comunes, así que es lógico que estos tengan más peso al final. Sin embargo, no es necesario estudiar el tema de la muerte para hacerse una idea. La vida ya se encargará de mostrártela. Luego lo que tú hagas con ello, ya depende de ti.  Desde luego es mucho más fácil hablar que aceptarlo y entenderlo en el plano emocional. Uno puede aceptar la finitud de una etapa, lo difícil es sentirlo, y que no te afecte. Y es que la vida es una oportunidad continua para mejorar. Y si te tienes que ir sin haber hecho lo suficiente, no debe de ser muy agradable. ¿Pero, por qué preocuparse por algo que es seguro y que apenas depende de mí? Es una pérdida de tiempo y de energía. No se trata de vivir como si la muerte no existiese, se trata de vivir con alegría, aceptando que la vida es lo que es, igual que la muerte. Por eso merece la pena vivir la vida como si cada día fuese el primero o el último, con sabiduría e inocencia a la vez. Quizá la vida sea infinita, pero las circunstancias no. Las circunstancias son espoleantes. Y si estás bajo de ánimo, sufriendo inútilmente por algo que va a llegar o ya pasó, no estarás al cien por cien para aprovechar estas circunstancias.

Desconexión


El camino hacia la paz interior pasa por vivir la vida despreocupadamente, con sencillez y sin los miedos que la sociedad inculca. Vivir cada día como si fuera el primero o el último, que más dará. Considero la serenidad absoluta como una entelequia, y además, ni siquiera es necesaria, pero todo lo que no resta, aporta. Lo que ocurre es que no diferenciamos lo que suma de lo que resta. La felicidad se encuentra camuflada en una resta que suma, la desconexión parcial de la mátrix, lo que siempre hemos buscado y no lo sabíamos porque el sistema no nos dejó, ya que precisamente el sistema es lo contrario a lo claro, lo libre y lo simple. Esta felicidad sería la repartición justa de los bienes porque implica la desaparición de lo material como un fin. Sería necesitar cada vez menos porque cada vez eres más pleno interiormente. Desintoxicarse en vez de intoxicarse. Preferir una vida espontánea a una preestablecida. Dedicar cada vez menos tiempo a actividades que no te aportan nada espiritualmente. Ver el sistema como lo que es: ilusorio pero esclavizante y generador de insatisfacción. No seguir el fútbol, ni la moda, ni la política, ni los programas ni las revistas del mal llamado corazón. Ser quién eres: un ser cambiante, entonces también y sobre todo es el derecho a vivir el momento siendo tú mismo. Mirar a la cara y defender la verdad de una vida plena que vemos como imposible de alcanzar porque estamos llenos de lastres tales como las malas noticias, las crisis, la contaminación, la deforestación, la superficialidad, las costumbres alienantes, las falsas doctrinas o las doctrinas parciales, etcétera. Pero todos podemos realizar pequeños cambios si somos conscientes del ruido que hace el engranaje del sistema y ya estamos hartos. Meditar, por ejemplo. Ya decían los budistas, hace miles de años, que esta vida es maya (ilusión), o sea, algo así como el lenguaje binario del que está compuesta la realidad en la película Mátrix. Ahora algunos científicos hasta se plantean la hipótesis de que habitemos en un holograma. También se ha conjeturado que nacemos para (entre otras cosas, claro) ser carne de cañón, alimento energético (rabia, miedo, frustración, etc.) de entidades negativas que no podemos ver. Sean estas cosas ciertas o no, me pregunto si tan siquiera es posible que algún ser humano sea capaz de alcanzar el deseado estado pero a la vez indeseable (no por malo, sino porque conlleva dejar de desear) llamado por los budistas nirvana, esa desconexión de la espiral alienante en vida.

A veces...

Noventa y dos. Juegos Olímpicos. Ilusión. Dinero a espuertas. La Expo de Sevilla...

Fue bonito, sí. Y aún diría más, fue grandioso.

Ahora, a nivel general, estamos bastante peor, salvo honrosas excepciones, como por ejemplo el cese de la lucha armada de E.T.A...

Pero no mires al pasado con pena. Si acaso hazlo para emocionarte. No importa cuan cerca o lejos mires, ni si aquel fue bueno, malo o regular. Si miras, que sea lucidamente y también para adquirir perspectiva.

El presente y el futuro son lo más importante. Ahora mira al presente cara a cara. No te detengas más que para recobrar el aliento. Camina hacia un futuro que, a largo o corto plazo, acabará siendo mejor. Y recuerda que a veces...

..."No importa lo fuerte que golpeas, sino lo fuerte que pueden golpearte, y que lo aguantes mientras avanzas. Hay que soportar sin dejar de avanzar". Rocky Balboa

El sentido de la vida (II)


¿Qué hacemos aquí? ¿Por qué nacemos? ¿Por qué morimos?

La pregunta clave es ¿cuál es el sentido de la vida? No es fácil dar una respuesta. Para mí y para otros muchos, no es acumular cosas materiales, no es formar una familia ni adquirir relevancia social. Sí lo sería, sin embargo, aportar un granito de arena a la sociedad, pero sin importar el "status", fama, renombre o como se le quiera llamar. Esas cosas son efímeras y no te darán la felicidad, porque la autoestima está dentro de ti. Si buscas la aprobación afuera, es porque la autoestima está baja. Así no podrás amar ni ser féliz, porque tu ansia de notoriedad y egocentrismo lo ocupará todo.

Entonces, ¿cúal es el sentido de la vida? primero es vivirla, no puede ser de otra forma. ¿Y los que se suicidan? se han ido por la puerta de emergencia porque al no encontrarle sentido, al estar la balanza del vacío y la angustia tan descompensada en contrapunto a la del amor y el sentido, han ido a otro lado. Un sentido de la vida es encontrarle sentido a la vida. Vivir, equivocarse, amar, odiar, mancharse, limpiarse, pulir, mejorar, ayudar, crear, disfrutar, experimentar. El sentido principal de la vida es espiritual, una experiencia mística en un cuerpo en este planeta, después vendría hacerla mejor para los demás al tiempo que disfrutas de ella, luego aprender a manejarse en ella (que en el fondo nos remite a los dos anteriores)...

Aproximación a la ecuación del bienestar humano


La banalización, ocultación (también por medio de la distracción) y relativización de la injusticia es el mayor mal de la actualidad. No se entiende sino la de despropósitos de todo tipo en los que hemos incurrido. El mal viene de largo, aunque no del mismo modo. Antiguamente se ha tomado la parte por el todo y han aparecido los "ismos"; el nacismo, el racismo, el machismo, etc...
Ha faltado y sigue faltando filosofía. Entenderla, incorporarla. Amistad con el conocimiento y la sabiduría. No diré que es la ciencia más humana, pero sí que es el complemento ideal para todas ellas. Debe incorporarse a la religión. Debe condimentar a la ciencia, sin anularla, sólo para dirigir mejor sus pasos y emplear verdaderamente bien los avances. Debe añadirse a la educación para enseñar a los estudiantes a pensar y no convertirse en solamente máquinas de memorizar y fichar. Y ya que la espiritualidad no forma parte de todos los seres humanos, es la filosofía humanística y ética, la que más nos puede ayudar.

Se trata de formar, al mismo tiempo que permites ser personas que amen lo que hacen y lo que son. Todos somos distintos, sobran memorizaciones, repeticiones, encuadramientos, estudiantes cautivos. Maestros de todo y aprendices de nada en algunos casos, y sin embargo en otros también falla la visión global. De cualquier manera la mente de la persona es como un rayo, cuanto más concentrado sea, más poderoso... y también ha de ser libre. No es sencillo hacer los ajustes pertinentes y precisos, y compadezco a quién tenga que lidiar con ello.

La filosofía ha sido injustamente tratada desde siempre, ignorando su enorme utilidad. Denostada, ha sido tomada vanamente como "cosas de locos", también ha sido tachada de improductiva. Y es que no resulta práctica al materialismo más brutal... Podría existir alguna manzana podrida individual, y de hecho siempre existirán, pero las grandes tropelías y errores colectivos no hubieran sido posibles si en vez ciudadanos, tuviésemos ciudadanos pensantes... movimientos como el nacismo, por ejemplo, sólo son posibles en una sociedad no pensante, ávida de la sabiduría de un líder, un mesías al que seguir que tiene la verdad, una verdad tan grande que el aplastante e injusto fin, justifica los terribles, con mayúsculas, medios. El filósofo, al menos, y en el peor de los casos, sabe que sólo sabe nada. El filósofo sabe que todo tiene su reverso.

El artista conoce por pura intuición lo que es auténtico, y lo auténtico emociona sin ensuciar, sin causar culpa. Sólo alguien que se aparta de la filosofía y el arte se puede convertir en no-pensante. El filósofo no tiene más pastor que la brújula de su razón. El artista no conoce más norte que el de la emoción y la belleza. Conocen a la humanidad y no se convierten en seguidores de algo porque todo el mundo lo haga.

La gente, la gran masa, el pueblo, siempre anhelará, exigirá seguridad. Y por supuesto, más internamente hablando serán necesarias leyes. La libertad individual termina donde empieza la colectiva, no puede ser de otro modo, pero recordemos que para tener libertad colectiva son necesarios los escudos. Esos escudos, platónicos y concretos a la vez, que mantienen los valores necesarios para mejorar y apoyar los avances de la humanidad al tiempo que protegen, son una garantía. Disciplinados, encajonados, adoctrinados, grises pero inevitables y útiles. Encarnaciones de los límites necesarios que son despreciados, como si fuesen los causantes de algún mal y no una consecuencia de ese mismo mal, tan de raíz como demuestran los que los condenan. Los que los condenan son -con perdón, existen excepciones- los tontos que cuando les señalas la luna, anclados en su comodidad intelectual y nulidad práctica, sólo ven tu dedo. Un filósofo puede no ser práctico en el sentido de materializar sus ideas, pero siempre profundiza. Sólo profundizando se puede llegar a ver que pretender hacer desaparecer a estos escudos de la sociedad y que la gente se sienta segura sólo se podría llevar a cabo con una humanidad amorosa, libre, empática y consciente, y debido a la ambición, la distanciada y rivalizante diversidad cultural, económica, religiosa, a los nacionalismos, a la pasta de la que están hechos algunos humanos, pero sobre todo a los malditos intereses depredadores, compulsivos y burgueses de unos pocos, es tremendamente complicada de imaginar, a día de hoy, la unificación utópica o el consenso necesario para tal cosa.

Se tiene el estereotipo, no del todo errado, de que los filósofos más puros son seres de poco o ningún sentido práctico. Personas que se pasan la vida reflexionando sobre grandes cuestiones, al mismo tiempo que son incapaces de percatarse de que tienen la cremallera del pantalón bajada. Yo no les hago de menos por ello, son necesarios. Y necesario es que todos tengamos algo de filósofos.
Finalmente: "La vida es más sencilla que todo eso", dirán algunos, despreciando -pasa a menudo- a los filósofos. -"Sí, claro" - me darían ganas de responder- "sobre todo si eres un ignorante o un avestruz (con la cabeza debajo de la tierra)". Yo soy lo primero, a mi pesar, pero trato de no ser lo segundo, ya que de estas dos cosas se derivan grandes errores de la humanidad. Si a no ser ni un ignorante ni un avestruz, le añades un poco de lógica, austeridad, solidaridad, el cumplir escrupulosamente todos (sin excepción) y cada uno con su cometido, el resultado global debería ser la paulatina mejoría -en todos los sentidos- de esta malherida sociedad .