¿Por qué escribes?



John Banville

Escribo porque no sé escribir. Un periodista le preguntó una vez a Gore Vidal por qué escribió Myra Breckinridge, a lo que contestó: 'Porque no estaba ahí'. Fue una buena respuesta. Poner algo nuevo en el mundo es un privilegio que no se le concede a mucha gente. Y además, la realidad no es real para mí hasta que no se haya pasado por el tamiz de las palabras. Por eso, supongo que escribo con el fin de imaginarme la realidad totalmente real. El arte crea la vida, dice Henry James, y así es.


Andrea Camilleri

Escribo porque siempre es mejor que descargar cajas en el mercado central.
Escribo porque no sé hacer otra cosa.
Escribo porque después puedo dedicar los libros a mis nietos.
Escribo porque así me acuerdo de todas las personas a las que tanto he querido.
Escribo porque me gusta contarme historias.
Escribo porque me gusta contar historias.
Escribo porque al final puedo tomarme mi cerveza.
Escribo para devolver algo de todo lo que he leído.
(Traducción de Carlos Gumpert)


Lucía Etxebarria

1. Para que me quieran más como Bryce Echenique.
2. Porque cada vez que alguien me dice " tus libros me han ayudado mucho, por favor sigue escribiendo", me da una razón para hacerlo.
3. Para entenderme a mí misma.
4. Porque disfruto mucho haciéndolo. 
5. Porque al colocar a personajes en situaciones que simbólicamente pueden representar aspectos de mi vida, y conseguir que salgan airosos de ellas, de alguna forma me salvo a mí. 
6. Para darles voz a personas cuyas historias nadie escuchaba 
7. Porque es como enviar un mensaje en una botella: creo que quizá le llegue a alguien a quien no conozco, pero que lo entenderá. 
8. Porque siempre lo he hecho, porque es natural en mí, y porque es de las cosas que mejor hago, amén de dibujar, cocinar, hacer el amor y organizar fiestas. 
9. Porque es una forma rentable y efectiva de exorcizar neurosis. 
10. En parte, porque me pagan. Escribo por amor, publico por dinero. Por esa razón, no publico ni la mitad de lo que escribo.


Umberto Eco

Porque me gusta.


Juan José Millás

Escribo por las mismas razones que leo, porque no me encuentro bien.


Julia Navarro

Para mí, escribir es una oportunidad de viajar al mundo de los sueños y de la imaginación; de inventar personajes y de vivir otras vidas; pero también de asumir compromisos, aunque a veces vayan envueltos con el papel del entretenimiento.


Amélie Nothomb

Me preguntan por qué elegí escribir. Yo no lo elegí. Es igual que enamorarse. Se sabe que no es una buena idea y uno no sabe cómo ha llegado ahí pero al menos, hay que intentarlo. Se le dedica toda la energía, todos los pensamientos, todo el tiempo. Escribir es un acto y al igual que el amor, es algo que se hace. Se desconoce su modo de empleo, así que se inventa porque necesariamente hay que encontrar un medio para hacerlo, un medio para conseguirlo.


Arturo Pérez-Reverte

Escribo porque hace 25 años que soy novelista profesional, y vivo de esto. Es mi trabajo. Igual que otros pasan en la oficina ocho horas diarias, yo las paso en mi biblioteca, rodeado de libros y cuadernos de notas, imaginando historias que expliquen el mundo como yo lo veo, y llevándolas al papel a golpe de tecla. Procuro hacerlo de la manera más disciplinada y eficaz posible. En cuanto a la materia que manejo, cada cual escribe con lo que es, supongo. Con lo que tiene en los ojos y la memoria. Muchas cosas no necesito inventarlas: me limito a recordar. Fui un escritor tardío porque hasta los 35 años estuve ocupado viviendo y leyendo; pateando el mundo, los libros y la vida. Ahora, con lo que eché en la mochila durante aquellos años, narro mis propias historias. Reescribo los libros que amé a la luz de la vida que viví. Nadie me ha contado lo que cuento.


Álvaro Pombo

Pienso en el pequeño cementerio de Londres, a unos diez minutos a pie de Paddington Green, donde robé un perro feo, de cemento, del sepulcro de una dama ahí enterrada. Al venir a Madrid, abandoné ese perro a su suerte en el Flat A, que era el top flat con una cocinita y un cuarto de baño. Escribir esto, ¿es escribir, o no? Es, desde luego, un modo de hacer surgir los recuerdos y las imágenes distinto del modo normal: un modo prefabricado, artificiado, que desea causar un efecto imborrable al menos en mi alma y luego en la de un lector o un millón, si es posible. Y también es un intento de expresar el ser, el Dios, en la claridad del ser-ahí que era yo en aquel entonces, al borde de la nada. Querer decirlo era querer estar más cerca del ser que lo corriente. Aún no sé si estoy en lo cierto. Hablar es inmediato, como respirar. Escribir, mediato como el respirar del pranayama.


Soledad Puértolas

Las alegrías de la vida te desbordan. El dolor y la pérdida te superan y  hunden. El tedio y la monotonía pueden resultar aniquiladores.
Cuando escribo, estoy fuera de esa realidad. He entrado en otra donde sí es posible buscar un sentido, incluso vislumbrarlo.
La soledad, que tantas veces se ha hecho insoportable, se hace ligera y deseable. El estado perfecto.
Hay metas, humanidad, sentidos. Hasta cabe la risa, el gran regalo.
En la vida, el dolor ahoga y la risa es efímera. En el texto, se produce una transformación que la inteligencia no puede explicar. Nos sumergimos en el dolor sin llegar a morir, conquistamos la distancia. Observamos, podemos emocionarnos,  escoger, aventurarnos. La incertidumbre de la narración resulta más segura que las certezas de la vida. La palabra se hace enteramente nuestra.


David Safier

¿Se acuerda de cuando era niño y jugaba? ¿Inventando historias disparatadas con figuritas de indios, vaqueros o pitufos? ¿O simplemente imaginando en la bañera que era el capitán de un barco pirata que buscaba un tesoro en medio de la tormenta? ¿Se acuerda de cómo se sentía cuando jugaba con otros niños en la calle y vivían increíbles aventuras haciendo de exploradores, cazadores o agentes secretos, luchando contra dinosaurios, monstruos o supermalos que querían destruir la tierra con rayos mortales? Pues bien, todo eso es lo que yo hago todavía. Jugar con mi imaginación. Cada día de mi vida. Y lo seguiré haciendo hasta que me muera. O me vuelva loco. Es lo que me gusta. Y por eso escribo. ¡Hay alguna otra cosa mejor!


Andrés Trapiello

¿Para que escribe uno? Para responder sin afectación algún día esta pregunta. Lo natural es hablar, incluso cantar, pero no escribir. Poner las palabras por escrito en un libro es, decía Unamuno, una "tragedia del alma", y acaso se escriba por miedo a quedarse uno a solas con su dolor, como si escribir fuese un remedio, y no un veneno. Así lo siento yo también.


Mario Vargas Llosa

Escribo porque aprendí a leer de niño y la lectura me produjo tanto placer, me hizo vivir experiencias tan ricas, transformó mi vida de una manera tan maravillosa que supongo que mi vocación literaria fue como una transpiración, un desprendimiento de esa enorme felicidad que me daba la lectura.
En cierta forma la escritura ha sido como el reverso o el complemento indispensable de esa lectura, que para mí sigue siendo la experiencia máxima más enriquecedora, la que más me ayuda a enfrentar cualquier tipo de adversidad o frustración. Por otra parte, escribir, que al principio es una actividad que incorporas a tu vida con otros, con el ejercicio se va convirtiendo en tu manera de vivir, en la actividad central, la que organiza absolutamente tu vida.
La famosa frase de Flaubert que siempre cito: "Escribir es una manera de vivir". En mi caso ha sido exactamente eso. Se ha convertido en el centro de todo lo que yo hago, de tal manera que no concebiría una vida sin la escritura y, por supuesto, sin su complemento indispensable, la lectura.


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No debería escribir sobre el arte de escribir debajo de lo que han escrito estos escritores (casi parece un trabalenguas). Pero te pido que antes de incomodarte, sigas leyendo un poco más. No estoy dentro del mismo saco, no lo pretendo ni quiero que nadie me meta en él. Mis méritos literarios -si es que tengo alguno- son demasiado inferiores a los suyos. Simplemente, desde mi humilde lugar, le he abierto la puerta a la inspiración. Escuché sus pasos en el portal, y sé que a veces hasta se atreve a entrar. Tenía que abrirle, pobrecita. Si no lo hiciese así, se apenaría y yo no podría escribir ni una línea. Aclarado esto, pasaré a explicar porque escribo. Si te interesa lo que voy a responder, pues estupendo, y si no, también. No es que esté despreciando a nadie, es que no puedes hacer las cosas por lo que vayan a pensar los demás. Nunca hay una opinión ni un consenso unánime y acabarías no haciendo nada.
Escribir me transporta a un lugar casi físico, es un viaje interior en donde se pueden encontrar pequeños tesoros, pero hay que bucear muy profundo. Y no siempre es fácil, porque hay que hacerlo con el aire que tengas. La superficie debe quedar cuanto más arriba mejor, no está hecha , tal y como yo lo veo, para quién quiera escribir bien, ni siquiera aunque estés contemplando las olas.
La parte más acostumbrada a caminar debe ser aparcada antes de la inmersión, de lo contrario no podrás descender lo suficiente para encontrarte con alguna perla. Nunca podrás estar totalmente concentrado si no te has desprendido antes de ese lastre. Luego, una vez arriba, en la superficie y ya en tierra firme, volverás a calzarte tus correspondientes zapatos.
Eso, encontrar alguna supuesta perla (con que lo sea para mí me doy por conforme) es lo que busco con escribir. Siempre suma, nunca resta. Aunque luego lo deseche, habrá sido una exploración y un ejercicio.
Si hay alguien que te quiere más por haber hecho ese ejercicio de descenso a lo hondo, eso ya no será producto de ninguna intención, sino consecuencia de la inconsciencia, pues todo empezó, probablemente, como un adentramiento experimental. No quiero parecer ingrato pero no me gustaría que me quieran por algo que llegue a escribir, no quiero la responsabilidad de esa farsa. El todo es mayor que la suma de sus partes y un ser humano es más que aquello que escribe. Si me quieren, que sea por el día a día, y no por una idealización. Así que aunque escribiera muy bien, no te confundas y no me confundas. Léeme si quieres, pero nada más. A veces consigo compartir de corazón y con algo de razón. Entonces todos los caminos y todos los cielos me parecen más anchos. Si a ti te sucede lo mismo cuando lees, es porque ambos lo estamos haciendo bien.