Más vapor


Contradiciendo al segundo título del blog, que escribí sin pensar mucho y que está ahí principalmente por una cuestión estética (porque no conseguía situar el primer título un poco más abajo), hoy quiero escribir más de algo de lo que ya he tratado. El vapor. Aspirado, obviamente. Tema polémico y proclive a revisiones, pero de actualidad.

Recientemente La Sexta emitió un programa en el que se desvelaban intereses económicos un poco turbios. También dicen que han encontrado alguna sustancia cancerígena al vapear. La propaganda contra el e-cigarrillo sigue su directa o velada labor. En prensa, en radio, en televisión... la idea a inculcar es que vapear es para dejar de fumar y que no está bien. "Podría ser que...", "que a largo plazo no sabemos si...", "que no es seguro que...". Todo intereses. El cigarrillo analógico, el comercializado, envenenado, industrializado, ese, ese mismo que gracias a la sinergia producida por la combustión de sus tóxicos, es una droga tan adictiva como la heroína, no lo prohiben, no. Porque genera mucho dinero al sistema. Sin embargo algo que es practicamente inocuo (y más placentero para el que no está intoxicado, todo hay que decirlo) tiene una imagen para la gente que no está enterada (y esto me lo han dicho a mí directamente) "mucho peor que el tabaco". Que pueda haber intereses oscuros en el emergente mercado del vapeo, como mostró el documental de la Sexta, no significa nada, la picaresca te la puedes encontrar en todos los ámbitos. Que regulen sin encarecer (donde haya que regular), y ya está. Y ustedes, sufridos consumidores y creyentes en artículos dominicales de pandereta, no se fien ciegamente de lo que diga un artículo médico sólo porque haya sido publicado en algún suplemento de algún periódico de gran tirada nacional (aún recuerdo cuando decían que el aceite de girasol era el bueno y el de oliva resultaba peor). Usen el discernimiento siempre. Y cuando digo siempre, es siempre, por ejemplo al comprar los líquidos para sus e-pipas, e-puros o e-cigarrillos, miren que estén homologados...

Después de tres meses de vapeo, el simple olor de un cigarrillo me resulta más repelente que nunca. Puedo estar sin vapear el tiempo que sea. Mi salud no se ha visto mermada en lo más mínimo y la nicotina (NO cancerígena, como tampoco lo es ningún ingrediente de los e-liquids, al menos los que yo consumo), según algunos estudios independientes, te ayuda a pensar más profundamente, ayuda a combatir síntomas de depresión, aumenta la creatividad, aumenta el C.I. de tres a seis puntos, disminuye el apetito, mejora el rendimiento de los trabajadores y previene los males de Alzheimer y Parkinson. No puedo asegurar que todo eso sea así, pero algo me dice que no caminan muy distantes de la verdad. Y todavía "PODRÍA SER QUE" hubiera más...