Te confieso, amor

O consejos vendo y para mí no tengo

Hoy me pesaron los versos

y durante un momento

dudé si quería ser

aprendiz de poeta.

Dudé un instante, amor

de esas mágicas confidentes

pulidos rostros múltiples

reflejando al momento

abismos, luces y pesares

tanto de quién escribe,

como de quién lee.

Intrascendente infundio

distorsiones de tinta

pájaros infieles

que abandonarán al ser.

Te confieso, amor:

durante un insondable segundo

me sentí torpe y abatido

antes incluso

de empezar a escribir,

porque sé que mientras

el poeta se está

quemando a lo bonzo

para que sus versos iluminen,

la bastedad que se le opone

resulta imposible

de hundir,

aunque un muerto

solamente flote

porque ya está vencido.

La poesía es un camino del cielo



Dedicada a Fragile

Un paso más en las nubes,

solo otro pasito.

Y cuando te pueda el cansancio,

avanza en el descanso

pero no dejes nunca

de querer volar,

aunque algunos esperen

aves a las que cazar.

¿Qué prefieres ser

cazador en la tierra

o sueño en el cielo?

Lo normal


¿Quién puede osar afirmar lo que es corriente y lógico o por el contrario inaudito e ilógico? ¿Qué divina sabiduría puede aseverar, sin riesgo a equivocarse, desde un rincón -no en el centro precisamente- de esta lechosa y mareada galaxia, lo que es de ordinaria administración ad eternun? ¿Donde está escrito con letras indelebles e incuestionables lo que es normal?

Desde mi vida, ínfimo resquicio de un Dios inenarrable, imagino que se refieren a que lo normal es lo más común. Pero fuera de lo estipulado, tomando esto como lo estudiado y contrastado, por ejemplo, psicología, sociología, astronomía y otras "ías". No entiendo lo que es normal y lo que no. No deberíamos, hablando desde una libertad desconocedora y salvaje, tildar a nadie de nada, ni a nada de algo, según nuestro criterio, mi parecer, pues no es indubitable, sino uno más entre tantos, incluso pudiera ser menos que el vacío, que es neutro, y aquel sería negativo.  Ni siquiera hablando desde la convicción con que nos agracian las erudiciones, podemos estar totalmente seguros de algo. Hay que tener muy en cuenta la historia y el hecho de que toda disciplina con el tiempo se vuelve obsoleta, y lo que ayer era aceptado, hoy es contrasentido.

Existe lo familiar y lo extraño, cierto es, pero sólo lo es, de momento, para mí -para ti-, otro puede sentir algo totalmente diferente. Cualquier disciplina o rama científica, por probada y ortodoxa que sea, por certificada y cuantificada, cualquier cosa creada por el ingenio humano, es susceptible de cambiar, de mejorar o de irse al garete.

Pongamos por caso que soy un extraterrestre, mi aspecto sería clasificado como anormal aquí en la tierra, pues no tendría las características típicas humanas. Y sin embargo para mi sería lo normal, es decir, lo que es normal o no, depende de la persona, del ser, siempre y cuando sea un ser pensante y se embarre en odiosas comparaciones. Hay tantos criterios y tantas cosas normales o anormales cómo personas dispuestas a hacer esa generalización. Lo normal no existe. O sí que existe, pero no es trascendente, sino parcial, carente de peso real. Entendiendo por real lo que sobrepasa nuestro cotidiano panorama de animales bípedos semi-pensantes, semi-sintientes, con orejeras de burro, y además orgullosos de ello.

Get back


Regresar, volver, retornar a donde perteneces...

¿Y si no perteneces ni te pertenece...?

Me gusta Galicia.

Me gusta Andalucía.

Me gusta Murcia.

Me gusta Madrid.

Me gusta Valencia.

Me gusta Asturias

Me gusta Ibiza

Me gusta Barcelona

Me gusta Palma de Mayorca...

Pero en donde más tiempo he estado (sin contar en donde vivo ahora) es en Galicia y en Andalucía. En Galicia era "el andaluz" (para algunos), y en Andalucía era "el gallego" (para todos, mi acento me delataba).

Por mis venas corre sangre gallega y andaluza, al cincuenta por ciento hasta donde yo sé. Mi origen es, por un lado la provincia de Lugo (donde nacieron mi padre y demás antepasados, rama paterna) y por otro la provincia de Almería (donde nacieron mi madre y demás antepasados, rama materna). Por último, un pueblo de la provincia de La Coruña (donde nací yo mismo). Desde el Noroeste al Sureste, de una punta a la otra, en diagonal y en linea recta desde un extremo al otro de la Península Ibérica...

Vivo (desde hace ya años) en el Sur, que siempre, para qué mentir, me ha gustado tanto como el Norte. En estos tiempos de emigración e inmigración, me siento afortunado, me siento en casa. Me tocan la moral los provincianismos y, quizás aún más si cabe, los localismos, de los cuales España está llenita. Da igual si Norte o Sur, si más pobre o más próspera. No cambia. Las rivalidades están en todos los sitios de la Piel de Toro. Pero bueno, a pesar de esto. Lo que a mí me gusta es ESPAÑA. Estando aquí no me siento -ni nadie debería sentirse- extranjero.

Mi acento no cuadra con el lugar (siempre hay alguien que me lo recuerda) ni soy capaz de disimularlo, por más que quiera (que tampoco quiero): ¡Go home, jojo!

Nota: Quiero aclarar que no renuncio ni al Norte ni a Galicia. Imposible. Amo el Norte y siempre estará conmigo, es una parte de lo que soy. Pero es que no es sólo lo que siento. Imagino que soy difícil de entender, y que habrá quién opine que quién mucho abarca poco aprieta (mentira, sentimiento es sentimiento). Quizás sólo alguien en mi misma situación me pueda entender...

Manifiesto por la sanidad humana



"La homosexualidad es una enfermedad", "Si todos fuesen homosexuales, el ser humano se extinguiría", "Se pierden la complementareidad"... son frases que algunos dan por ciertas, y que hacen creer que esa condición tiene algo de anómala.

Analicemos estas frases una por una:

-"La homosexualidad es una enfermedad": de las enfermedades se muere, o por lo menos se puede llegar a ello, son, en definitiva, una merma de la salud física o mental, pero siempre suponen algo patológico y gravoso. NO ES EL CASO.

-"Si todos fuesen homosexuales, el ser humano se extinguiría": ¿Y SI TODOS FUÉSEMOS HOMBRES? el "y si" no parece argumento realista, es demagogia. Pero vamos a ponernos en el caso de que la naturaleza deja de serlo y se vuelve antinatural -esto es imposible, es un sarcasmo- simplemente con que el número de homosexuales superase al de heterosexuales, los "raros" pasaríamos a ser los segundos. Pero ni siquiera así se extinguiría la raza humana, tal vez mejorasen las leyes sobre la adopción, propiciando con ello el poder dar una vida digna a muchos niños que no la pueden tener, y no por la falta de parejas que desean adoptar, sino por la larga lista de espera y las monolíticas trabas burocráticas que les imponen los diferentes gobiernos, las embajadas, etc. Otra consecuencia sería que ayudaría en general a comprender que todos somos "hermanos" más allá de los vínculos de sangre, es decir, consecuentemente estaríamos más "hermanados", asunto no baladí, que aún tenemos mucho que aprender en este sentido.

-"Se pierden la complementareidad...": el amor en última instancia es espiritual y no entiende de ciertas condiciones, dos seres humanos siempre serán dos mundos, mucho más que un género, una raza y una religión.

¿Sigues pensado que ser homosexual es estar enfermo...? LOS DESPRECIAS, bien, yo no tengo ningún interés en convencerte de nada, pero si he de rebajarme a tu nivel, en favor de lo justo, y para pagarte con la misma moneda: yo sólo veo una cosa enferma; y es ESE PUNTO DE VISTA.