En la ciudad


Había un ciervo enredado

en una valla metálica

y tú llorando a lo lejos.

Una mujer delgada,

violenta y orgullosa me golpeó

 sin querer con su bolso.

En el callejón unos niños

persiguen e intentan

capturar a un gato.

Una adolescente

se avergüenza

de cualquier cosa.

Un loco mira al suelo

e intenta descifrar

sabe Dios qué.

 Una puta

 recrimina algo

a un viejo cansado.

 Una pobre mujer

rebusca

en un cubo de basura.

 Coches, camiones y autobuses

 no paran en ningún momento

de ensuciar el aire.

Había un ciervo enredado

en una valla metálica

y tú llorando a lo lejos.

La búsqueda del amor


A menudo se ha confundido con el sexo, con el interés y con lo institucional. Se ha mezclado demasiado con reglas fijas e incongruencias. Pero también ha servido de inspiración para muchas obras. El artista está obligado, más que ningún otro -salvo quizá algún místico- a buscar y sentir el amor en su faceta más inspiradora, para luego darle forma. Pero nunca podrá retratarlo exactamente porque, al igual que sucede con Dios, es imposible de cristalizar. Acaso sean practicamente la misma cosa, acaso el amor forme parte de la esencia del mismísimo Dios, y los humanos tengamos que contentarnos con aproximaciones, con otear horizontes y husmear alrededor. Por más que, por ejemplo, ciertos aspectos del amor de pareja sean de lo más mundanos, el amor en la amplitud de su palabra, en su sentimiento y esencia más pura, es tan valioso e inefable que el dinero no lo puede comprar. No es de este mundo. Y a pesar del fuerte anhelo cuando no lo tienes, su búsqueda, por la aproximación mística y por la consecución terrenal que conlleva, hace mejor esta vida.

¡Por fin!

 
Hoy quiero rescatar una entrada de las que más me gustó escribir en su momento. Mi intención era -y es- recalcar un paso positivo. En estos tiempos de crisis brutal hace falta mantener, desde el realismo más crudo, la moral alta. Recordemos ese no tan lejano día... 


 20-10-2011

(Festejando este paso hacia la cordura)

Tras cincuenta años de injusticia y asfixia, hoy, el medio camina paralelo al fin, la cordura se impone a la locura, y la razón y la mayoría vencen al fanatismo minoritario:

ETA ANUNCIA EL CESE DE LA LUCHA ARMADA.

Una mención muy especial a las ochocientas veintinueve víctimas directas y a todas las colaterales.

¿Será definitivo? No quiero pensar demasiado en ello porque la verdad es que no puedo estar seguro al cien por cien. Pero al menos, ahora, lo parece.
No se puede cambiar el pasado pero podemos, debemos, mirar al futuro cercano con una media sonrisa. Desde hoy España es más libre, más justa, más respetable, mejor, aunque aún quedan otras lacras...

Gotas en el mar


Somos como gotas

cayendo en el mar

imperfectos, fugaces

practicamente nada,

pero en algunos momentos

esas gotas

pueden reflejar al sol.